El senador Tommaso Barbato es retenido por sus compañeros, quienes le tapan la boca para que pare de proferir insultos. Foto: TONY GENTILE/REUTERS

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JUAN LARA-ROMA

Veinte meses después de su formación, el segundo Gobierno de Romano Prodi cayó ayer, al negarle el Senado el voto de confianza que le había pedido tras la decisión del pequeño partido aliado democristiano UDEUR de abandonar «La Unión», que la dejó en minoría en la Cámara Alta. Al igual que en febrero de 2007, cuando el Senado le retiró su apoyo en política exterior y le obligó a dimitir -aunque luego le dio de nuevo la confianza-, Prodi perdió ayer una nueva votación decisiva y presentó la dimisión.

En el Senado el centroizquierda sólo tiene dos escaños más que la la oposición conservadora (158-156) y basta que un senador vote en contra o no acuda para poner en peligro a La Unión, hasta hacerla caer, como ocurrió ayer.

Hasta ahora, Prodi sobrevivió también gracias a los votos de los senadores vitalicios (que son siete), pero ayer, aunque cinco le apoyaron, los votos contrarios de los democristianos y los liberales, que se unieron a los de un senador comunista que ya causó hace un año la primera caída de Prodi, dieron al traste con sus esperanzas. Votaron a favor a 156 senadores, mientras que en contra lo hicieron 161. Un senador se abstuvo. Depositaron el voto 318 y la mayoría requerida era de 160. Tras proclamar el presidente del Senado, el democristiano Franco Marini, el resultado, los senadores de la oposición rompieron en aplausos y exigieron elecciones generales anticipadas (la legislatura concluye en 2011).

La oposición le negó la confianza afirmando que el país está paralizado y que la única salida son los comicios anticipados, que espera ganar, ya que, según Silvio Berlusconi, en estos momentos los sondeos le dan 15 puntos de ventaja.

El debate se celebró en un ambiente muy caldeado y durante el mismo el senador del UDEUR Tommaso Barbato agredió verbalmente y escupió a su compañero de partido Nuccio Cusumano por votar a favor de Prodi. Barbato le gritó en voz alta insultos como «payaso, vendido» e incluso «pedazo de mierda», entre los gritos y otros improperios que también emitieron otros senadores del centro-derecha, como «maricón, eres una basura, eres una puta, eres una muñequita».