El presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, fue herido ayer por disparos en un ataque de un grupo de militares renegados que intentaron dar un golpe de Estado y asesinar también al primer ministro, Xanana Gusmao, quien salió ileso y declaró el estado de excepción. Los ataques contra los dos máximos dirigentes del país fueron ejecutados por militares rebeldes encabezados por el ex comandante Alfredo Reinado, quien fue muerto a tiros por los escoltas del presidente y Nobel de la Paz de 58 años.
Gusmao declaró el estado de excepción durante 48 horas con toque de queda, después de asegurar que la situación estaba bajo control. «A pesar de que el Estado ha sido atacado por un grupo armado y de que el presidente ha sido herido, el Estado está bajo control y la situación evoluciona con normalidad», aseguró.
Ramos Horta fue operado de urgencia en la capital timorense y trasladado pocas horas después en un avión ambulancia a la ciudad de Darwin, en el norte de Australia, donde ingresó en estado crítico.
En el Hospital Real de Darwin, Ramos Horta fue examinado y después sometido a una segunda intervención quirúrgica de la que salió en estado estable y fuera de peligro hacia la Unidad de Cuidados Intensivos, según fuentes del centro.
Ramos Horta había ingresado con respiración asistida y en coma inducido a causa de una herida grave de bala que le entró por el estómago y que se alojó en un pulmón.
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