El máximo responsable militar de Hezbolá y uno de los dos principales dirigentes de este movimiento chií libanés, Imad Mughniyah, fue asesinado ayer en un atentado con bomba en Damasco. Hezbolá ha acusado a Israel del asesinato y el Gobierno de Tel Aviv ha negado cualquier implicación.
Mughniyah figuraba en la lista de «terroristas más buscados» de la Oficina Federal de Investigación estadounidense (FBI) y estaba acusado de gravísimos atentados contra objetivos occidentales, en particular los perpetrados en Beirut a principios de los ochenta, que causaron más de 350 muertos, y los cometidos en Buenos Aires en los noventa, en particular el muy notorio ataque contra la AMIA, en el que murieron 85 personas.
El atentado se produjo en Kafar Susa, un lujoso barrio residencial de Damasco. Según un enviado de la cadena qatarí de televisión Al Yasira, Abdul Hamid Tawfiq, la bomba pudo ser colocada en los bajos de un automóvil todoterreno plateado que estaba estacionado en un aparcamiento. Las fuerzas de seguridad sirias acordonaron la zona y prohibieron la toma de fotografías, ni siquiera a través de los teléfonos móviles, añadió.
«Con orgullo declaramos que un gran 'yihadista' de la resistencia islámica en Líbano se ha unido a los mártires», anunció Hezbolá en un comunicado leído por su cadena de televisión, Al Manar, que a continuación emitió en pantalla varios versículos del Corán. «El hermano comandante 'hajj' (peregrino a la Meca) Imad Mughinyah se ha convertido en un mártir a manos de los sionistas israelíes», añadió. El funeral se celebrará mañana, indicó la cadena.
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