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EFE-JERUSALÉN El gobernador de Nueva York, el demócrata Eliot Spitzer, presentó ayer su dimisión, dos días después de que se descubriera su vinculación con una red de prostitución de lujo y de negociar esa salida con la fiscalía general del estado.

«Los remordimientos me acompañarán siempre», dijo Spitzer en su comparecencia ayer ante la prensa en Nueva York, en la que también señaló que no le quedaba más remedio que «aplicarse a sí mismo» los mismos criterios «de rectitud» y de «asunción de responsabilidad» que siempre pidió a los demás en su carrera política.

Spitzer, de 48 años y ex fiscal general del estado durante ocho, acaba así su carrera política, cimentada sobre la ética y la persecución de la corrupción y las irregularidades financieras, envuelto en un escándalo sexual que se destapó después de ser investigado por inspectores del Servicio de Rentas Internas (IRS).

Su dimisión será efectiva el 17 de marzo, cuando asumirá el cargo David Alexander Paterson, de 53 años y hasta ahora vicegobernador, quien se será así el primer afroamericano que llega a ese puesto en el estado y el cuarto en EEUU.

Paterson, tras dos días de silencio, emitió un comunicado en el que señala que Eliot y la esposa de éste, Silda Spitzer, son «amigos cercanos», y destaca que durante su mandato el gobernador «siempre trabajó mucho en favor de la gente de Nueva York». «Me siento cercano a él y su familia en estos difíciles y dolorosos momentos», señaló el próximo gobernador de Nueva York, que dijo que él y su esposa rezaban por la familia Spitzer.

Afirmó, no obstante, que pese a las dificultades «es el momento de que Albany (capital del estado de Nueva York y sede de la Asamblea Legislativa) vuelva a trabajar tal como se espera de nosotros».

Spitzer compareció ante la prensa acompañado por su esposa, con la que lleva 21 años casado, y dijo que «sentía profundamente» lo ocurrido «por no haber estado a la altura de las circunstancias», al tiempo que se disculpó «ante todos los neoyorquinos». El político demócrata admitió que ahora tendrá que «expiar» su fracaso ante sí mismo, su esposa y toda su familia, a la que agradeció la «compasión» que le ha mostrado.