Imagen de una concentración protibetana ayer en el centro de Londres. Foto: LUKE MACGREGOR/REUTERS

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AFP/EFE-PEKÍN/BERLÍN

China parece ignorar los llamamientos al diálogo con el Dalai Lama realizados por la comunidad internacional, una semana después de los disturbios sangrientos de Lhasa, y aseguró ayer que proseguiría la represión en el Tíbet para «aplastar» la revuelta independentista. Tras haber revisado al alza, el viernes, el balance de las víctimas de los disturbios de Lhasa, que pasaron de 13 a 19 muertos, 18 de ellos civiles «inocentes», China ha confirmado que no aflojará.

«China debe reprimir firmemente la conspiración destinada al sabotaje y aplastar a las 'fuerzas tibetanas de independencia'», sostiene en un editorial el 'Diario del Pueblo', órgano del Partido Comunista.

En un momento en que las organizaciones defensoras de los derechos humanos y protibetanas temen olas de arrestos masivos, el 'Diario del Pueblo' subraya que «1.300 millones de chinos, incluido el pueblo tibetano, no dejarán a nadie ni a ninguna fuerza minar la estabilidad de la región».

El Gobierno tibetano en el exilio aseguró que el diálogo «es más necesario que nunca». «China siempre ha apostado por la línea dura y las soluciones militares al problema de Tíbet, pero eso nunca ha funcionado», justificó el portavoz tibetano Thubten Samphel.

Ayer, una treintena de escritores, universitarios y activistas en favor de los derechos humanos chinos hicieron un llamamiento al diálogo con el líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, y exigieron que se permita la entrada de observadores independientes en Tíbet. Así las cosas, el presidente del Parlamento Europeo, Hans Gert Pottering, amenazó ayer con el boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín por la sangrienta represión contra la población tibetana e instó a su Gobierno a negociar con el Dalai Lama.