El secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, anunciando ayer el plan financiero. Foto: JASON REED/REUTERS

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CÉSAR MUÑOZ-WASHINGTON

El secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, anunció ayer un plan que daría un vuelco profundo al marco regulador de su país, que data de la Gran Depresión de 1929, para paliar crisis futuras como la que aflige ahora a los mercados. La propuesta más llamativa sería convertir a la Reserva Federal (Fed) en una suerte de «superpolicía» con poder para enviar a sus agentes a husmear en las cuentas de bancos de inversión, compañías de seguros, fondos de riesgo y cualquier otra entidad que amenace la estabilidad del entramado financiero.

«La Fed tendría la autoridad para escudriñar dentro del sistema y mirar a fondo donde sea pertinente», dijo Paulson. Es una dirección en la que el banco central ya ha comenzado a moverse por sí mismo, pues como respuesta a la crisis actual ha comenzado a prestar directamente a bancos de inversión y ha coordinado la adquisición de Bear Stearns, uno de los mayores, por parte de JP Morgan Chase. Centralización de la vigilancia financiera es el principio básico del plan, que Paulson expuso en una extensa intervención en la llamada «Sala del Dinero» del Tesoro, aunque sus rasgos principales se filtraron a la prensa durante el fin de semana.

«Gran parte de nuestro sistema regulador actual fue creado tras la Gran Depresión y fue desarrollado como reacción, creando entidades reguladoras como respuesta a innovaciones de mercado o a problemas en los mercados», dijo el secretario. La propuesta viene motivada de nuevo por una crisis, que se inició en el sector inmobiliario y ha provocado grandes pérdidas a algunas entidades financieras, el colapso del mercado de algunos títulos vinculados a las hipotecas y una restricción general del crédito.

El plan, que requiere aprobación del Congreso, no hace nada por ayudar ahora mismo y Paulson destacó que debe ser aplicado sólo después de que se solventen las dificultades actuales. No es nueva la idea de modernizar y simplificar el marco regulador estadounidense, donde perviven instituciones creadas durante el siglo XIX, pero los esfuerzos anteriores se vieron extinguidos por los intereses creados.