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REUTERS/EP/EFE-WASHINGTON El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció ayer que, posiblemente, se retirarán más efectivos militares estadounidenses de Irak y los que están destacados en este país pasarán allí un máximo de doce meses, en lugar de los quince meses actuales, como consecuencia del descenso de la violencia en el país.

Bush adelantó que el comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, general David Petraeus, le presentará este mismo año sus recomendaciones en relación con la cantidad de efectivos que conviene tener desplegados en Irak, lo que incluirá también la reducción de esta cifra «a medida que las condiciones lo permitan». El número de soldados estadounidenses muertos en combate en Irak ha disminuido significativamente este mes de julio, y el total mensual probablemente será el más bajo registrado desde la invasión estadounidense, en 2003. Este mes han fallecido cinco soldados estadounidenses, una cantidad que queda muy lejos de los 66 que murieron en julio de 2007, según la página web www.icasualties.org.

La Casa Blanca anunció ayer una gran reestructuración de los servicios de Inteligencia estadounidenses, que redefine los cometidos de las agencias y centraliza el poder en la figura del director nacional de espionaje. Los cambios se recogen en un decreto ley autorizado por el presidente estadounidense, George W. Bush, cuyos detalles dieron a conocer ayer.

El decreto 12333 actualiza otro emitido por el presidente Ronald Reagan en 1981, considerado hasta ahora el documento angular de la comunidad de Inteligencia estadounidense. El decreto recién aprobado busca dar una solución definitiva a los problemas todavía existentes, al otorgar más poder al director nacional de espionaje y definir claramente la autoridad y limitaciones de las distintas agencias. El decreto ley «pide a la comunidad de inteligencia que genere información oportuna, precisa y perspicaz con especial énfasis en las amenazas planteadas por el terrorismo internacional y la propagación de armas de destrucción masiva». La Casa Blanca hizo hincapié en la protección de las libertades civiles y el derecho a la privacidad de los ciudadanos, temas que han sido objeto de polémica en los últimos años.