Policías paramilitares chinos desfilan ante el estadio olímpico, conocido como 'El Nido'. Foto: EFE

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OTR/PRESS-PEKÍN

El ataque contra una comisaría en la región china de Xinjiang y la manifestación de un grupo de ciudadanos en Pekín contra las obras olímpicas que les han obligado a abandonar sus hogares no han sentado bien a las autoridades chinas. El país se centra ahora en mantener una imagen de seguridad y tranquilidad en torno a la celebración de los Juegos Olímpicos, tanto para los deportistas como para los visitantes, y no está dispuesto a dejar nada en manos del azar, por lo que ha aumentado las medidas de vigilancia para tener todo controlado y garantizar la máxima seguridad en Pekín. Las autoridades declaran estar listas para responder a cualquier amenaza.

A pesar de que el incidente de Xinjiang ocurriera a 4.000 kilómetros al oeste de la capital, China centra sus esfuerzos para que episodios de este tipo no vuelvan a repetirse. Las autoridades quieren tener todo bajo control para no ver empañado el prestigio internacional que la celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín ha otorgado al país, por lo que se esfuerzan en difundir un sentimiento de tranquilidad y seguridad tanto a ciudadanos chinos, como a deportistas y turistas que se encuentren en el país con motivo de los Juegos Olímpicos, cuya ceremonia de apertura tendrá lugar el próximo viernes 8 de agosto.

Así, tanto China como el Comité Olímpico Internacional (COI) no cesan de repetir que el país es muy capaz de albergar unos Juegos Olímpicos sin protagonizar ningún tipo de incidente. «China ha endurecido la seguridad y protección en torno a la ciudad Olímpica, por lo que Pekín está preparada para responder a cualquier amenaza», explicó el portavoz de los Juegos, Sun Weide, según una información de la BBC recogida por otr/press. Asimismo, Weide se mostró confiado en que las autoridades chinas harán todo lo posible «para garantizar la seguridad de todos en los Juegos».

Y por el momento lo están haciendo, puesto que serán un total de 100.000 policías y soldados los que estén en los alrededores de la ciudad olímpica durante la ceremonia de apertura de los Juegos, al tiempo que se han endurecido las medidas de seguridad en torno a la plaza de Tiananmen, donde el lunes varios manifestantes se congregaron para protestar por sus desalojos a consecuencia de las obras realizadas en la zona para poder albergar los Juegos.

Un taxista y un vendedor de verduras de etnia uigur son los presuntos autores del atentado que ayer causó la muerte de 16 policías, según informó ayer la autoridad de seguridad pública de Xinjiang (noroeste de China), donde han sido incrementadas las medidas de seguridad por temor a nuevos atentados.

Los dos detenidos, cuyos nombres no fueron facilitados, tienen 28 y 33 años, son vecinos de la ciudad de Kashgar (donde se produjo el ataque) y tenían en su poder una pistola de fabricación casera y otros nueve explosivos, según señaló la Administración de Seguridad Pública de Xinjiang citada por la agencia oficial Xinhua.

Según la fuente, los artilugios explosivos encontrados son similares a los que fueron decomisados en enero de 2007, durante una operación antiterrorista en la que las fuerzas de seguridad de Xinjiang mataron a 19 presuntos terroristas uigures.