TW
0
AGENCIAS-MOSCÚ/TÍFLIS El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia ha comenzado el repliegue, que no la retirada, de las tropas rusas desplegadas en el territorio de Georgia. «Hoy, según el plan de paz, comenzó el repliegue de las tropas de paz y las fuerzas de apoyo en la región», dijo el jefe adjunto del Estado Mayor General, Anatoli Nogovitsin.

Poco antes, la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti había comunicado que los primeros vehículos militares rusos comenzaron a salir de Tsjinvali, la capital de la región separatista georgiana de Osetia del Sur.

«Quisiera precisar términos. Existe el concepto de retirada y el de repliegue. En la conversación que mantuvo el presidente de Rusia, Dimitri Medvédev, con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozi, se habló sólo de repliegue», dijo el general ruso, y añadió: «Espero que os hayáis percatado del matiz. No se trata de una retirada».

Nogovitsin aseguró que las tropas rusas se replegarán de las localidades georgianas, incluida la estratégica ciudad de Gori, situada a 70 kilómetros al noroeste de Tiflis y a 25 kilómetros al sur de Osetia del Sur, hacia las fronteras de la región.

Por su parte, el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogózin, advirtió ayer de que, si la Alianza Atlántica «ignora la realidad» y no critica la actuación del Gobierno georgiano en la región separatista de Osetia del Sur, Moscú revisará sus relaciones con la organización.

Rogózin explicó en rueda de prensa que Rusia seguirá con atención el encuentro de ministros de Exteriores de la OTAN que se celebra hoy en Bruselas y confía en que éstos tomen decisiones «equilibradas» y acaben con el «cinismo» en torno al conflicto del Cáucaso.

Lo más probable es que los aliados reiteren su apoyo y solidaridad hacia Tíflis y vuelvan a condenar la actuación rusa. A la reunión de hoy en Bruselas también acude la Secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, quien pedirá a los ministros de Exteriores de la OTAN «revisar» la actual cooperación entre el organismo de defensa euroatlántico y Rusia al entender Washington que después de la invasión rusa de Georgia las relaciones bilaterales no pueden funcionar de forma normal.