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EFE-KABUL Un bombardeo de la coalición estadounidense en la provincia occidental afgana de Herat, donde están destacadas las tropas españolas, acabó ayer con la vida de 76 civiles, la mayoría de ellos niños, en el ataque más sangriento con víctimas entre la población desde la caída del régimen talibán. El bombardeo se produjo en el pueblo de Aziz Abad, del área de Naw Abad, en el distrito heratí de Shindand.

Horas antes, un portavoz de la comandancia de EEUU en Afganistán -que opera al margen de la fuerza ISAF de la OTAN- había asegurado que en los combates en Shindand murieron ayer 30 supuestos insurgentes y otros cinco fueron detenidos. La fuente negó que en el enfrentamiento se produjeran víctimas civiles.

En un comunicado, la coalición estadounidense aseguró que sus fuerzas y tropas especiales del Ejército afgano patrullaban por Shindand cuando fueron emboscados por insurgentes. La patrulla se dirigía «hacia el complejo de un comandante talibán» para intentar detenerlo junto a «otros conocidos insurgentes en el área». Los rebeldes atacaron a las fuerzas estadounidenses y afganas «desde varios puntos desde el interior del recinto», a lo que la patrulla respondió con «fuego de arma ligera y un ataque aéreo», añadió el comunicado.