Biden, que acompañará a Obama como candidato a la vicepresidencia, ultima los preparativos para su intevención en la Convención. Foto: REUTERS

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AGENCIAS-DENVER El senador Joseph Biden y el ex presidente Bill Clinton debutaron en la Convención de Denver, donde el primero aparece como flamante «vicepresidenciable» y el segundo, al no quedar más remedio, como unificador del partido.

La velada giró en torno a la seguridad nacional, un tema del que tradicionalmente se han adueñado los republicanos, quienes han vuelto a la carga este año, al señalar que el joven candidato presidencial demócrata Barack Obama no tiene las credenciales para asumir el liderazgo en ese frente.

La jornada sirvió para exponer una política exterior que «no es republicana ni demócrata, sino una política estadounidense inteligente que hará que nuestro país sea más seguro», según el anuncio programático del partido.

«No podemos permitirnos otros cuatro años de política exterior que ha destruido nuestras alianzas y sacrifica nuestra legitimidad moral en todo el mundo», afirmó el sábado durante su primera comparecencia conjunta con Obama.

Y si las palabras de Biden fueron escuchadas con atención, las de Bill Clinton no lo fueron menos. De hecho, al igual que ocurrió con Hillary, su marido fue la estrella de la noche pese a que no se le ha reservado el papel estelar.

La expectación no es fruto tanto de su figura legendaria y carismática como de las tensiones entre él y el equipo de Obama durante las elecciones primarias en las que Clinton participó en mítines a favor de su derrotada esposa.

El discurso de Obama
El candidato presidencial demócrata Barack Obama ultimaba ayer el discurso que pronunciará ante 75.000 simpatizantes, con la incógnita de si será capaz de repetir el mensaje vibrante y conmovedor que dio en la convención del 2004.

Cuando Obama tome la palabra en el estadio Invesco para aceptar la candidatura demócrata, los votantes recordarán que, hace sólo cuatro años, un político casi desconocido de Illinois pronunció un discurso electrizante que le lanzó a la primera línea de la política nacional. En un momento en que el país estaba dividido por la guerra de Irak, Obama habló en un tono casi evangélico de la necesidad de estar unidos y de avanzar en positivo hacia el futuro.