Una mujer pasa por delante de una pantalla que refleja el derrumbe de la Bolsa de Tokio. Foto: EFE.

TW
0

La bolsa española registró hoy la mayor caída de su historia, el 9'14 por ciento, y concluyó la sesión ligeramente por debajo de 9.000 puntos, afectada por las pérdidas de las plazas internacionales ante el empeoramiento de la coyuntura económica mundial.

Así, el principal indicador del mercado nacional, el Ibex-35, cedió 905'20 puntos, equivalentes al 9'14 por ciento, hasta 8.997'70 puntos, con lo que se sitúa en niveles similares a los de finales de abril de 2005.

Con este descenso, el mercado nacional acumula en este ejercicio una bajada del 40'74 ciento, mientras que en la semana que hoy concluye perdió el 21'20 por ciento, también la mayor bajada semanal de su historia.

En Europa, con el euro a 1'348 dólares, las pérdidas fueron menores. Londres bajó el 8'85 por ciento; el índice Euro Stoxx50, el 7'88 por ciento; París, el 7'73 por ciento; Fráncfort, el 7'01 por ciento, y Milán, el 7'14 por ciento.

La caída superior al 7 por ciento de Wall Street en la víspera por el miedo a la recesión económica y la desconfianza en los mercados contribuyó decisivamente a la apertura a baja de la bolsa española.

El mercado, que iniciaba el día en 9.400 puntos y con un descenso superior al 5 por ciento, también resultaba tocado por el descenso del 9'62 por ciento de Tokio y el 7'19 por ciento de Hong Kong.

Mientras se ampliaban los rangos de cotización de las acciones, la bolsa incrementaba las pérdidas y se deslizaba hacia el nivel de 9.000 puntos.
El mercado asistía sin inmutarse a la caída del 0'4 por ciento de la producción industrial francesa en agosto y a la rebaja de las previsiones de consumo de petróleo para este y el próximo año por la Agencia Internacional de la Energía. El barril de Brent se negociaba a 77 dólares y caía más del 5 por ciento.

Ni la prohibición de operaciones -Italia impedía las ventas al descubierto- ni las inyecciones de fondos de los bancos centrales detenían las ventas.
El mercado nacional perdía la cota de 9.000 puntos poco antes de la apertura de Wall Street, que empezaba la sesión con una caída superior al 8 por ciento e ignoraba los buenos resultados de General Electric, que cayeron el 12 por ciento.

Al final de la sesión, el mercado también ignoró el intento del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de convencer al mercado de que las autoridades están trabajando para solucionar esta crisis y la bolsa acabó por debajo de 9.000 puntos.

El pánico y pesimismo volvió a apoderarse de los mercados internacionales, que un día más, vuelven a alcanzar pérdidas históricas. Las bolsas e inversores de todo el mundo han ignorado de las medidas tomadas por los principales organismos económicos internacionales, que no han sido capaces de hacer frente al hundimiento de los mercados en ningún momento, y cuyas actuaciones, en muchos casos, sólo han servido para agravar la situación.