El parque Grant de Chicago estalló en una gigantesca explosión de euforia cuando la cadena de televisión CNN anunció, a las 04.00 hora española, que el candidato demócrata Barack Obama se convertirá en el próximo presidente de los Estados Unidos.
Segundos después de que la CNN proyectase la victoria de Obama, las líneas telefónicas en Chicago se colapsaron debido a la cantidad de gente que utilizaba sus teléfonos móviles para comunicar la noticia.
En el céntrico Parque Grant de Chicago, donde la organización de Obama montó una fiesta multitudinaria a la que asistieron decenas de miles de personas, las escenas de júbilo eran intensas.
Abrazos, gritos y lágrimas de alegría, brazos en alto y miradas al cielo fueron las imágenes que dominaron. Miles de banderas estadounidenses sobresalían también por encima de las cabezas de la multitud.
El sentimiento en Chicago es que la ciudad se ha convertido en el centro de un momento histórico para el país.
En Nueva York, los demócratas lo celebraron en Times Square con gritos, vítores y haciendo sonar el claxon de sus automóviles.
«Yes, we can, yes, we can (Sí, podemos)», el eslogan adoptado por Obama durante su campaña, era gritado al unísono por muchos neoyorquinos que, en medio de un ambiente festivo, algunos con pancartas y otros con banderas estadounidenses o con el símbolo de la paz, festejaban el triunfo.
Había turistas y estadounidenses, público de todas edades y grupos étnicos que siguieron con emoción el resultado de los comicios desde las gigantescas pantallas de televisión instaladas, y se alegraban cada vez que en el mapa digital de Estados Unidos se coloreaba de azul uno de los estados, indicando la victoria demócrata.
El color rojo de los estados republicanos era recibido con gritos de rechazo. Miles de ellos acogieron con gritos de celebración el momento en que se dio a conocer el triunfo de Obama.
Taxistas, vendedores de puestos, periodistas y numerosos policías, que fueron movilizados en gran número en el sector, terminaron uniéndose a la fiesta sin que los turistas desaprovecharan la oportunidad para tomarse fotos con ellos como testigos del momento histórico.
Muchos agentes de policía, más relajados después de la jornada electoral, chocaban las manos con quienes les felicitaban por el resultado electoral.
En las calles cercanas, se escuchaba el sonido de las bocinas de los vehículos, que los conductores hacían sonar para demostrar su alegría con el resultado de los comicios presidenciales.
Un céntrico hotel de Manhattan acogió la velada electoral del partido demócrata en la ciudad, pero una vez que el senador de Illinois fue proclamado vencedor de la elección, la mayoría se dirigió hacia los dos puntos de celebración de la Gran Manzana, Times Square y el barrio de Harlem.
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