La población congoleña desplazada se agolpa en un campo de refugiados en Kibati. g Foto: MÉDICOS SIN FRONTERAS/REUTERS

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OTR/PRESS-KINSHASA Un reportaje emitido por Radio Okapi, de la ONU, mostraba un niño de tan sólo doce años que es general de una columna de milicianos Mai Mai, que opera en la región de Kivu Norte. El niño, conocido como «el general Baraka», nació en 1996, y no sabe leer ni escribir. La columna de Vurundo, a la que pertenece el niño, es la que más niños recluta, algo que se ha recrudecido por el conflicto existente.

Baraka es huérfano de padre y madre. En el año 2000, cuando contaba con sólo 4 años de edad, su progenitor, un importante soldado Mai Mai, falleció, por lo que el niño fue ascendido por sus compañeros de armas a general. Según testimonios de los soldados que integraban el grupo, en el momento del ascenso, Baraka ya sabía convertir piedras en bombas, podía predecir el futuro, y era capaz de manejar armas.

Bajo su mandato, la columna a la que pertenece ha conquistado numerosos pueblos y aldeas, y han tomado el control de la carretera que une Butembo con Mangurejipa. En estos lugares, según testigos, han saqueado, violado y asesinado, y cobran impuestos «en nombre del general Baraka». Algunos combatientes huidos aseguran que el «general Baraka» es «incontrolable», que se droga regularmente, y que no escucha a nadie «salvo a sus cortesanos».

Por otra parte, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de nuevas tropas al Congo, para aumentar de 17.000 a 20.000 el número de soldados desplegados en el país africano. Con esta medida, pretenden prevenir una nueva guerra, y defenderse de los que acusan a las tropas de las Naciones Unidas de no hacer lo suficiente por proteger a la población. Sin embargo, los diplomáticos reconocieron que no saben que países aportarán las tropas ni cuando llegarán.

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió, por unanimidad, enviar 2.750 soldados y 300 policías al este del Congo, para reforzar la Misión de Mantenimiento de Paz en el país africano (MONUC). Esta misión, la más numerosa que tiene desplegada la ONU, recibe diariamente las acusaciones de la población local de no hacer nada por proteger a la gente.