Imagen de archivo de Obama junto a Bill Richardson, próximo secretario de Comercio. Foto: EFE

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OTR/PRESS-NUEVA YORK

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer que prepara un plan para crear 2'5 millones de puestos de trabajo en los próximos dos años como parte de un agresivo programa de estímulo económico destinado para evitar una posible espiral deflacionaria. «Si no actuamos rápida y audazmente, la mayoría de los expertos coinciden en que, el año que viene, podríamos perder millones de empleos», señaló el demócrata en su discurso semanal. Por otro lado, el todavía presidente de los EE UU, George W. Bush, instó al Congreso a aprobar un proyecto de ley que ayude económicamente a la industria automovilística.

Barack Obama, que tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero, ya prepara planes que pretenden la salvación de millones de puestos de trabajo, como comienzo para la reactivación económica.

El presidente electo anunció que, junto a su equipo, trabajará «los detalles a lo largo de las próximas semanas», que consistirán en «un esfuerzo de dos años de duración, y a nivel nacional, para relanzar la creación de empleo en Estados Unidos y establecer los cimientos para una economía fuerte y próspera», con el fin de crear 2'5 millones de nuevos empleos en los dos próximos años.

El demócrata indicó que «no hay una solución rápida para esta crisis», por lo que «si no actuamos rápida y audazmente, la mayoría de los expertos coinciden en que, el año que viene, podríamos perder millones de empleos». Si no se hace de esta manera, el riesgo de «caer en una espiral deflacionaria podría incrementar nuestra enorme deuda aún más».

El aún presidente de Estados Unidos, George W. Bush, también se preocupa por la economía. Tras haber sido el anfitrión de la cumbre económica de Washington el pasado fin de semana, ayer instó al Congreso, ya controlado por una mayoría demócrata, a aprobar un nuevo proyecto de ley que suponga ayudas para la industria automovilística estadounidense, que vive una de las peores crisis de su historia.

«A principios del otoño, promulgué un proyecto de ley que autorizó préstamos por hasta 25.000 millones de dólares para ayudarlos a producir vehículos que usen combustible más eficientemente», señaló el todavía presidente.

«Si los fabricantes de coches están dispuestos a tomar las difíciles decisiones que son necesarias para su viabilidad, deben poder recibir los fondos que el Congreso ya les ha asignado para otros propósitos», señaló Bush, quien además dijo que se trata de «un asunto crucial» para la economía norteamericana «y para el país».