Policías se enfrentan a los jóvenes concentrados frente al Parlamento.

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ADRIANA FLORES BÓRQUEZ-ATENAS

Las llamadas a la calma del Gobierno no impidieron que las manifestaciones, los actos de vandalismo y los enfrentamientos con la Policía se avivaran ayer tras el entierro del adolescente muerto por los disparos de un agente. Una nueva batalla campal sacudió ayer los suburbios de Atenas después del entierro de Alexis Grigoropulos, de 15 años, cuya muerte el pasado sábado desencadenó una oleada de violencia que ha llevado al país a una profunda crisis y a transformado Atenas en un campo de batalla sin control.

La policía tuvo que utilizar gases lacrimógenos para hacer frente a los incontrolados que habían saqueado varios comercios y destruido algunos coches aparcados en un centro comercial cercano. «Nadie tiene derecho a utilizar este suceso trágico como una excusa para las acciones de violencia contra ciudadanos inocentes, sus bienes, contra la policía y la democracia», recalcó el primer ministro conservador, Costas Caramanlis, tras una reunión con el presidente, Carolos Papulias.

Las autoridades también recalcaron que no tolerarán el vandalismo y la violencia, al dar a conocer que en la jornada de ayer fueron detenidos alrededor de 150 manifestantes, que se suman a los 200 arrestados el lunes. Caramanlis también pidió unidad política para restar credibilidad a los violentos. Giorgos Papandreu, el jefe de la oposición mayoritaria del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), le contestó que «el pueblo ha perdido la confianza en el Gobierno» y que lo único que pueden hacer es «dimitir».

Otros enfrentamientos se registraron en el puerto de Salónica, Patras, la isla de Creta y la localidad de Ioanina.

El ayuntamiento de Atenas ha puesto cifras a la destrucción de los últimos tres días: 322 tiendas destrozadas, aunque el alcance de los daños materiales todavía debe de ser evaluado. Los sindicatos mayoritarios han convocado una huelga general de 24 horas para mañana en protesta por los planes de ajuste del Ejecutivo, rechazando la petición del primer ministro de posponer sus la protesta para no dar pie a la violencia.