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La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó ayer por primera vez en la historia del país un proyecto de ley que pretende establecer un sistema de salud casi universal y cuyo futuro depende ahora del Senado.

Pese a la amplia mayoría de los demócratas en esa Cámara, el resultado fue muy ajustado, ya que el proyecto recibió 220 votos a favor, tan sólo dos más que los necesarios.

Votaron en contra 176 republicanos -sólo uno lo apoyó-, así como 39 demócratas de orientación moderada, la mayoría de distritos conservadores del sur del país.

«El proyecto está aprobado», dijo con una gran sonrisa la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, tras anunciar el resultado, entre los aplausos y los gritos de júbilo de los demócratas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, telefoneó inmediatamente a Pelosi y los otros líderes de la Cámara Baja para felicitarles.
Para Obama, el resultado es una victoria muy importante, pues se ha marcado como una de la prioridades de su presidencia la aprobación de la reforma del sistema de salud con la que soñaron sus predecesores demócratas en el cargo, pero nunca lograron.

«Esta noche, en un voto histórico, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que finalmente hará realidad la promesa de un cuidado de la salud de calidad y asequible para los estadounidenses», dijo el presidente en un comunicado.

La votación tuvo lugar el sábado en torno de las 23.00 de la noche, hora local, (05:00 GMT del domingo) tras una sesión extraordinaria que duró 14 horas.

La pelota pasa ahora al Senado, que tendrá que aprobar su propia versión de la reforma. Posteriormente, ambos textos deberán ser armonizados y las dos cámaras tendrán que pronunciarse sobre ese documento final.

Obama dijo tener confianza en poder firmar la reforma definitiva «para finales de este año».