La cifra de ejecuciones en 2009 ha aumentado con respecto al año anterior en Estados Unidos, pero el número total de penas de muerte dictaminadas este año será de 106, un mínimo histórico desde la reinstauración de la pena de muerte, en 1976, según la proyección elaborada por el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
En total, en EEUU se ha ejecutado a 52 de los 3.279 presos que se encontraban en el 'corredor de la muerte' el 1 de julio de 2009, frente a los 98 ejecutados en 1999, mientras que las condenas a pena de muerte se redujeron un 63 por ciento desde las 328 de 1994.
Esta tendencia decreciente en el número de condenas a muerte ha sido especialmente significativa en Texas, territorio en el que se ha registrado históricamente un mayor número de ejecuciones. Durante la década de 1990, Texas dictaminaba un promedio de 34 muertes anuales, frente a las nueve condenas de 2009.
En Virginia, otro de los estados con mayor número de condenas y ejecuciones per capita, sólo una persona ha sido condenada a muerte en 2009. Los juristas y fiscales de Virginia citan varios factores que explican esta reducción, tales como las sentencias del Tribunal Supremo que prohíben la ejecución de menores y enfermos mentales.
Menos crímenes violentos
También aseguran que ha habido un descenso en el número de crímenes violentos, el miedo de los jurados a condenar a un inocente o las reticencias de los fiscales a las consecuencias para el erario público de pedir sentencias de muerte en un momento de recortes presupuestarios.
«La opinión pública en general apoya más el endurecimiento de los castigos cuando se siente menos segura y menos cuando se siente menos segura», explica el profesor de Derecho y Psiquiatría de la Universidad de Virginia Richard J. Bonnie. «He detectado la preocupación de la gente por su seguridad, centrada en el terrorismo, más que en el crimen doméstico», dijo.
El fiscal del condado Prince William de Virginia, Paul B. Ebert, uno de los más acérrimos defensores de la pena de muerte, indica que aprecia un descenso en el número de asesinatos con multitud de agravantes. La fiscalía de Ebert pidió la pena capital para cuatro presos que están actualmente en el 'corredor de la muerte' y dos de los ejecutados este año fueron acusados por Ebert.
«La tasa criminal está descendiendo y creo que, hasta cierto punto, es gracias a que existe la pena de muerte», declaró. La mayoría de los asesinatos en los que ha intervenido su fiscalía fueron por drogas o violencia doméstica, unos casos que, explicó, son menos propicios para la pena capital.
Ebert indicó que también existen motivos prácticos, en especial el recorte presupuestario, defendido, según dijo, por otros fiscales del estado como argumento para la menor petición de penas de muerte. «Consideran que no cuentan con el personal suficiente como para asumir las largas, largas audiencias», dice.
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