Joseph Ratzinger, antes de convertirse en Papa, retrasó la expulsión del sacerdocio de un cura acusado de pederasta en California por temor a las repercusiones que esa decisión pudiera ocasionar en el seno de la comunidad de fieles, según unas cartas conocidas ayer.
Los documentos fechados entre 1981 y 1986 hacen referencia al caso del religioso Stephen Kiesle, que en 1978 fue detenido y acusado de abusar de dos menores cuando vivía en San Francisco, California.
El proceso en su contra supuso un escándalo y recibió una gran cobertura mediática.
Al término del juicio Kiesle quedó en libertad vigilada durante tres años, período tras el cual el obispo de Oakland de aquel momento, John S. Cummins, solicitó por escrito al Vaticano apartar a Kiesle del sacerdocio.
Cardenal de la doctrina
La petición llegó hasta Ratzinger, que en los años 80 era el cardenal prefecto de Congregación para la Doctrina de la Fe, quien después de calificar los hechos «de gran significancia» consideró que había que tener también en consideración «el bien de la Iglesia Universal».
«(Esta Corte) es incapaz de tomar a la ligera el perjuicio que puede provocar garantizar la dispensa (a Kiesle) en la comunidad de fieles de Cristo», declaró Ratzinger en una carta con su firma que ha sido autentificada por el Vaticano.
Después, Ratzinger requirió «más tiempo» para tomar estos incidentes a una «muy cuidadosa consideración» y pidió al obispo Cummins que proveyera a Kiesle con el «mayor cuidado paternal posible» y le explicara el razonamiento del tribunal de la fe. Kiesle fue finalmente privado de su condición sacerdotal en 1987 y en el 2004 fue condenado a 6 años de cárcel por abusar sexualmente de una menor en 1995. «La oficina de prensa de El Vaticano no cree necesario responder a cada documento sacado fuera de contexto en relación con situaciones legales particulares», aseguró el reverendo Federico Lombardi al diario Los Angeles Times.
Ratzinger evitó, por «el bien de la Iglesia», expulsar a un cura que abusó de menores
El abogado de las víctimas critica que al Papa le preocupara más «la imagen» que el «bienestar de los niños»
10/04/10 0:00
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Cuando los miembros de una organización religiosa como el catolicismo, justifican con estadísticas la existencia de abusos a niños por parte de sus dirigentes, y se atreven a decir que son muchos más los casos de pederastia a nivel sociológicos, político, etc. que los que ha producido su organización, demuestran una vez más que esa organización religiosa no es la iglesia de Cristo ni por asomo. Precisamente porque en la iglesia de Cristo no hay cabida para esos abusos, ni para represiones sexuales, ni para dogmatismos tontos que nada tienen que ver con el obrero carpintero Jesús de Nazareth, ni con sus amigos pobres que anduvieron con el. La iglesia católica no es el cristianismo de Jesús, ni por tradición, ni por historia, ni por práctica. La iglesia o sinagoga de Jesús era pobre y nada tenia que ver con jerarquías, fue Constantino quien organizó este tinglado de poder eclesiástico, eliminando la sencillez de vida de los primeros cristianos, a costa de romper con la idea profunda de la sinagoga o iglesia pobre y casera. Por tanto amigos, no os llaméis iglesia de Cristo cuando Cristo ha estado ausente durante toda la historia de esta organización. Y os lo decimos desde Mallorca, los obreros y obreras que formamos la iglesia pobre, algunos como descendientes de los primeros cristianos llegados a la isla poco tiempo después de la muerte de nuestro querido familiar Jesús el carpintero. El Vaticano no es el cristianismo de Cristo, sino sencillamente un religión organizada que se burla de Dios y de la inteligencia humana y que, como toda mentira toca a su fin. Si los casos de pederastia solo son la punta de un gran iceberg de corrupción, también son la punta de su desaparición. Con los niños no se juega y Dios es justo, lo quieran o no los dirigente humanos.