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La multimillonaria Lilianne Bettencourt y su hija, Françoise Bettencourt-Meyers, anunciaron ayer que hacen las paces y abandonan los procesos judiciales que las enfrentan, en un acuerdo cuyos detalles permanecen confidenciales.

El abogado de la hija de la mayor accionista del grupo L'Oréal, Olivier Metzner, hizo público ayer que Françoise desiste de enfrentarse judicialmente con su madre y, especialmente, de continuar con las demandas contra el artista François-Marie Banier, al que llevó a los tribunales por abuso de confianza.

El abogado dijo que el acuerdo incluye «contrapartidas» aceptadas por el fotógrafo y amigo de la multimillonaria, de quien la hija de Bettencourt alegó ante la Justicia que se hizo beneficiario de millonarias cantidades en concepto de regalos que obtuvo precisamente abusando de la amistad con la anciana.

Esas contrapartidas son confidenciales pero suficientes para que la hija de Bettencourt renuncie a las demandas interpuestas ante un tribunal próximo a París, aunque existen otras causas ante la Justicia que tienen relación con el escándalo político surgido en torno al conflicto familiar.

El abogado Metzner confirmó que la única parte de las actuaciones judiciales que sigue adelante tiene que ver con el papel que pudo desempeñar el anterior ministro de Empleo, Eric Woerth, en un supuesto trato de favor fiscal con Bettencourt.
«Eso no nos interesa», declaró el abogado Metzner en un comunicado hecho público ayer.