El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, regresó ayer a Lampedusa para comprobar el estado actual de la crisis migratoria que vive esta isla italiana, desde donde instó a sus socios comunitarios a que se hagan cargo de un problema que considera «europeo».
«Este es un problema europeo, no sólo por los 25.000 inmigrantes que han llegado, sino por los que llegarán. De seguro que de Libia, que se encuentra en guerra, llegarán más inmigrantes», dijo Berlusconi.
El ministro de Interior de Italia, Roberto Maroni, el encargado dentro del Gobierno de Silvio Berlusconi de la gestión de la crisis migratoria del norte de Africa, lamentó ayer que Europa no demuestre cuando es necesario el espíritu de solidaridad del que presume.
«Europa presume de grandes principios, pero cuando tiene que demostrar que existe solidaridad, esto no sucede», afirmó Maroni durante un encuentro con la Protección Civil en la ciudad de Bérgamo (norte de Italia), en declaraciones que recogen los medios italianos.
El eje franco-alemán
«La colaboración que muestra el pueblo italiano, falta un poco, sin embargo, en Europa. Nosotros queremos llevar a todo el mundo el modelo italiano. El modelo italiano se basa en el hecho de que, cuando alguien está en dificultad, nosotros lo ayudamos», añadió.
El titular de Interior afirmó además que ese espíritu de solidaridad «debería estar más extendido en Europa» y que Italia es ejemplo de cómo se gestionan las emergencias: «con ayuda recíproca y solidaridad».
Estas palabras de Maroni vuelven a mostrar el malestar que existe en el país ante el recelo expresado por Francia y Alemania ante la posibilidad de recibir en su territorio a parte de los más de 20.000 inmigrantes tunecinos llegados a la isla italiana de Lampedusa gracias a los permisos de residencia temporales dispuestos por Italia.
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