El presidente francés, François Hollande (d), conversa con la canciller alemana, Angela Merkel, el lunes durante la reunión de la OTAN en Chicago. | KAMIL KRZACZYNSKI

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Los líderes de la Unión Europea (UE) explorarán hoy vías para recuperar el crecimiento económico en una cumbre que medirá por primera vez el nuevo equilibrio entre Alemania y Francia, tras la llegada de François Hollande al Elíseo. De la cita, una cena de carácter informal, no saldrán decisiones firmes, sino una serie de iniciativas que se aprobarán en la reunión formal que los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán a finales de junio.

Entre las propuestas para relanzar el crecimiento que están sobre la mesa figuran algunas ya encauzadas como la emisión de bonos para financiar proyectos de construcción de infraestructuras, aumentar la capacidad del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o redirigir fondos estructurales. No hay, por tanto, grandes revoluciones, pero sí un mensaje claro sobre la necesidad de reactivar la economía, tras meses de debate europeo dominados por el mantra de la austeridad.

Políticas de ajuste

La razón: una Europa al borde de una recesión, situación que sólo ha podido evitar por el empuje de la economía alemana. Las políticas de ajuste y la crisis de confianza generalizada han hecho enlazar trimestres sin crecimiento a un buen número de Estados miembros, incluidas grandes economías que llevan tiempo en dificultades, como España e Italia, y otras que parecían a salvo de golpes como la holandesa. El debate, pues, girará en torno a los eurobonos y el crecimiento, además, de tratar la situación de Grecia y la situación de países con déficit elevado.

El giro en el mensaje ha llegado alimentado por la victoria de Hollande en Francia, en quien han encontrado un baluarte al que agarrarse otros defensores de la necesidad de dar un estímulo a la economía, como la Comisión Europea, o el primer ministro italiano, Mario Monti. Confiado por el respaldo a su mensaje obtenido en la reciente cumbre del G8, Hollande se estrenará en Bruselas con un pequeño órdago ante la canciller alemana, Angela Merkel, cuyas políticas habían encontrado hasta ahora todo el apoyo de la Francia de Sarkozy.

El nuevo Gobierno socialista se presentará en la cumbre con un «paquete de medidas» en favor del crecimiento, entre las que figurará la que puede convertirse en la primera gran ruptura del eje franco-alemán: la creación de los eurobonos.