«Juro por Dios, que es grande, preservar con lealtad el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, tener en consideración los intereses del pueblo de manera total y preservar la independencia de la patria, su integridad y su territorio», dijo Morsi desde un estrado en Tahrir ante sus enfervorecidos seguidores.
Simbólico
El islamista, que es el primer civil que accede a la jefatura de Estado y el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, tendrá que repetir hoy, sábado, este juramento en la ceremonia oficial de investidura ante el Tribunal Constitucional.
Pero antes de hacerlo y arropado por decenas de miles de congregados en la plaza, Morsi quiso lanzar una advertencia a la junta militar que gobierna el país desde el derrocamiento de Hosni Mubarak en febrero de 2011, tras dieciocho días de protestas populares.
«No hay lugar para arrebatar el poder al pueblo, no renunciaré a las prerrogativas del presidente de la República. Esto no significa que no respetemos la ley o la Constitución».
Morsi se refería a las enmiendas constitucionales aprobadas por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, días antes del anuncio de los resultados electorales el domingo pasado, por las que los militares se reservan el poder legislativo y la toma de decisiones en cuestiones que conciernen al Ejército, y dejan al presidente funciones ejecutivas.
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