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La muerte de un soldado francés en la ofensiva aérea lanzada por Francia para ayudar al Gobierno de Mali a frenar el avance hacia el sur de los islamistas que controlan el norte del país ensombreció hoy esa operación de apoyo, en la que se han desplegado también unidades sobre Bamako.

El fallecido es un piloto de helicópteros identificado como Damien Boiteux, que fue alcanzado por fuego de artillería ligera y cuyo trabajo, según destacó hoy la presidencia francesa en un comunicado, contribuyó a parar el descenso de las fuerzas terrestres rebeldes sobre Mopti.

Se trata de la primera víctima francesa en ese apoyo militar, al que el presidente, François Hollande, accedió tras la petición de ayuda lanzada este jueves por su homólogo maliense, Dioncunda Traoré.

Ese mismo día, aprovechando los plazos entre las resoluciones de la comunidad internacional y su aplicación, los yihadistas de Ansar al Din, del grupo Monoteísmo e Yihad en África del Oeste (MYAO) y de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) lanzaron una ofensiva sorpresa contra Konna, sobre la que el Gobierno ya ha recuperado el control.

Se trata de los mismos grupos que el pasado junio se hicieron con el control del norte de Mali (una vasta región de 850.000 kilómetros cuadrados), donde en abril los tuareg del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) proclamaron un Estado independiente.

La operación francesa ha sido bautizada con el nombre de «Cerval», como los gatos salvajes que habitan los desiertos de esa región, y durará, según han insistido desde el Gobierno galo, «el tiempo necesario».

A la intervención de un contingente de soldados franceses de las Fuerzas Especiales y de unidades de la Aviación se suma el despliegue ordenado anoche sobre Bamako, con el objetivo tanto de proteger la capital como de garantizar la seguridad de los franceses que viven en ella.

El despliegue ha recibido el visto bueno de la mayoría de las fuerzas políticas galas, informadas por el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que, según aseguró hoy en una breve declaración televisada, comprenden que este paso era «necesario» para frenar la amenaza islamista.

Está en juego, según han recalcado estos últimos dos días las autoridades francesas, «la propia existencia de Mali en tanto que Estado democrático», y la seguridad no solo de los malienses, sino también del resto de África, Francia y Europa.

«Hacía falta actuar antes de que fuera demasiado tarde», indicó hoy en conferencia de prensa el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, quien insistió en que Francia actúa en el marco de la legalidad internacional.

No se han dado detalles sobre la totalidad de los medios utilizados, pero sí se ha adelantado que en la capital el contingente francés, que está siendo reforzado, rondará el centenar de soldados.

Traoré agradeció hoy a Hollande la ayuda prestada, en una conversación telefónica en la que, según comunicó el Elíseo, sede de la presidencia, le dijo que va a aplazar la visita a París que inicialmente estaba prevista para este miércoles.

Por teléfono habló hoy Hollande también con el presidente de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Alassane Ouattara, quien le confirmó que movilizará medios de esa organización «lo antes posible», y también con el de Níger, Mahamadu Isufu, que se expresó en la misma línea.

La iniciativa, no obstante, le ha valido a Francia el apoyo político de la comunidad internacional, y amenazas por parte de los islamistas, que subrayaron hoy que el asalto no quedará impune.

«Francia y sus cómplices pagarán caro este ataque. La lucha continúa y ganaremos nosotros», dijo hoy Sanda Ould Boumana, portavoz de Ansar al Din y uno de los colaboradores más cercanos al jefe del grupo, Iyad Ag Ghali.

Entre tanto, los principales miembros del Gobierno francés, incluidos los titulares de Exteriores (Laurent Fabius), Defensa (Jean-Yves Le Drian) e Interior (Manuel Valls), han sido convocados hoy a un Consejo de Defensa presidido por Hollande para analizar el desarrollo de la situación.

Ese mismo tema y la postura europea ante el mismo serán tratados igualmente por el jefe del Estado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una reunión prevista para las 18.00 GMT en el Palacio del Elíseo.