El presidente de Rusia, Vladímir Putin, da la bienvenida al presidente de EEUU, Barack Obama, al llegar a la sede de la cumbre del G20. g Foto: GRIGORY DUKOR/REUTERS | GRIGORY DUKOR

TW
0

La cumbre anual de los líderes del G20 comenzó ayer en la ciudad rusa de San Petersburgo dominada por la inquietante posibilidad de un ataque militar aliado contra Siria que, a tenor de distintas declaraciones, rechazan la mayoría de ellos sin un aval de la ONU.

Aunque el presidente de EEUU, Barack Obama, aterrizó en la antigua capital zarista con la intención de presionar y convencer a sus aliados occidentales de la necesidad de una intervención de castigo contra el régimen de Damasco, a lo largo de la primera jornada de la reunión se escucharon numerosos llamamientos a una solución política.

El conflicto en Siria, tras los últimos acontecimientos desde que EEUU y Occidente acusaran al régimen de Bachar el Asad de haber empleado armas químicas el pasado 21 de agosto cerca de Damasco matando a más de 1.400 personas, se ha colado definitivamente en la agenda de una cumbre que estaba destinada a debatir sobre cuestiones económicas.

El presidente anfitrión, Vladímir Putin, el principal aliado de Al Asad, propuso a los mandatarios del G20 abordar la situación en Siria durante la cena de ayer.

Rusia y China se oponen categóricamente a una acción militar contra Siria que no cuente con el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU y consideran que el Congreso estadounidense no tiene poder para autorizar un ataque contra Damasco.

No son convincentes

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró la posición rusa de que las pruebas esgrimidas por Washington para acusar a las tropas sirias de haber empleado armas químicas «no son en absoluto convincentes». Y el portavoz de la Cancillería china, Qin Gang, subrayó que «la guerra no es una solución para Siria. La vía política es la única posible».

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, también insistió ayer en que se debe esperar el informe de los inspectores de la ONU que han investigado sobre el terreno el uso de armas químicas en Siria.

Van Rompuy dio credibilidad a los informes de inteligencia de algunos países que acusan al régimen de Al Asad de haber empleado dichas armas, y lo calificó de «atroz crimen contra la humanidad». Pero expresó su confianza en que el secretario general de la ONU, comparta con los líderes lo antes posible los resultados preliminares del informe de los inspectores.

El presidente europeo reconoció que, si bien algunos miembros de la UE comparten la necesidad de castigar al régimen sirio, «en estos momentos, sólo un país, Francia», estaría dispuesto a tomar parte en una acción militar. El presidente francés, François Hollande, que se ha convertido en el principal apoyo de Obama ante una eventual intervención, tiene previsto mantener una reunión bilateral con el inquilino de la Casa Blanca hoy, segundo y último día de la cumbre de países industrializados y emergentes.

Por su parte, Reino Unido dice tener nuevas pruebas de que se emplearon armas químicas en un ataque en la capital siria. El primer ministro británico, David Cameron, dijo que unos científicos de las instalaciones militares de Porton Down habían analizado muestras tomadas de un supuesto ataque con gas en un barrio de Damasco controlado por los rebeldes el 21 de agosto y concluyeron que habían dado positivo para el agente nervioso sarín.