Tras una ronda de consultas frenética que copó la agenda de Napolitano durante todo el fin de semana, finalmente, el casi nonagenario jefe del Estado recibió ayer al joven Matteo Renzi para instarle a buscar socios políticos que conformen una mayoría estable con la que gobernar el país.
Una propuesta que Renzi aceptó «con reservas» ya que, en los próximos días, tendrá que entrevistarse con los principales líderes políticos italianos y hacer números para sumar escaños que configuren un Gobierno sólido y capaz de emprender las reformas que el líder del PD preconiza.
Apoyos para la causa
Acto seguido, en la sala de prensa del palacio del Quirinale, la sede de la Jefatura del Estado, Renzi anunció su decisión de afrontar una nueva etapa gubernamental en Italia y de recabar apoyos para su causa.
«He aceptado el cargo con reserva y con responsabilidad y prometo que pondré todo mi ahínco y tesón para afrontar esta nueva y difícil situación», afirmó.
Además, avanzó que el Gobierno que está llamado a liderar trabajará en una nueva ley electoral y una reforma de las instituciones en el mes de febrero, mientras que marzo y abril estarán dedicados, respectivamente, a hilvanar medidas de creación de empleo y una reforma de la administración pública.
Mañana Renzi dará comienzo a una fase en la que recibirá a los líderes italianos para formar un equipo que gobierne Italia, un proceso que, según los analistas, podría concluir el jueves para que su nombramiento definitivo se produzca el próximo fin de semana.
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