Los periodistas franceses Edouard Elias, Didier François, Nicolas Hénin y Pierre Torres, secuestrados desde junio de 2013 en Siria, pisaron este domingo de nuevo suelo francés, tras diez meses de cautiverio en los que se cree que han estado en manos del grupo radical Estado Islámico de Irak y del Levante (EEIL).
El presidente francés, François Hollande, y el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, los recibieron en el aeropuerto militar de Villacoublay, a las afueras de París, donde llegaron poco antes de las 07.00 horas GMT procedentes de Turquía y tras una breve escala en la base de Evreux.
François, veterano corresponsal de guerra de 53 años de la emisora «Europe 1», y Elias, fotógrafo de 23, fueron secuestrados el 6 de junio de 2013 al norte de Alepo, en una zona teóricamente bajo el control de los opositores al régimen de Bachar al Asad.
Dos semanas más tarde, fueron apresados Hénin, de 37, que trabajaba en un reportaje para el semanario «Le Point» y para la cadena de televisión «Arte», y Torres, de 29, que se disponía a cubrir las elecciones organizadas por el municipio de Raqqa, en el centro norte del país.
Los cuatro, según informó hoy el diario «Le Parisien», fueron reagrupados a finales del año pasado en la región de Raqqa, y durante su secuestro, tal y como han contado los protagonistas, pasaron por cerca de diez lugares de retención, y llegaron a estar encadenados los unos a los otros un mes y medio.
«Ha sido largo, pero jamás tuvimos dudas», dijo François poco después de aterrizar, en un breve discurso en el que alabó el trabajo de los servicios diplomáticos y de inteligencia de Francia, y se dijo emocionado por el apoyo recibido por parte de sus compatriotas.
A diferencia de otros secuestros en Mali o Nigeria, donde las autoridades trabajan en contacto directo con los jefes de Estado locales, en Siria, según detalló hoy «Le Journal du Dimanche» (JDD), habría sido la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) la que se habría ocupado del conjunto de la operación.
Fueron sus agentes, según esas informaciones, quienes fijaron el punto en la frontera turca en el que fueron abandonados en la madrugada del sábado los periodistas y, en la recta final del dispositivo, fue el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, quien se desplazó en secreto a Ankara para discutir sobre la logística de la liberación.
«El Estado no paga rescates. Es un principio muy importante para que los secuestradores no se vean tentados de retener a otros», aseguró hoy Hollande en la emisora «Europe 1», donde no quiso precisar pero indicó que «todo se ha hecho a través de negociaciones, de discusiones».
Frente a la versión oficial que se mantiene como política de Gobierno, el diario «Le Parisien» aseguró hoy que «no cabe duda del pago de una contrapartida financiera», mientras que «JDD» apuntó que se han satisfecho «otras demandas».
La prensa añadió hoy también que Francia intercambió informaciones confidenciales con otros servicios de inteligencia extranjeros, entre ellos de Estados Unidos, España y el Reino Unido, para conocer mejor la manera de operar de los secuestradores.
A finales de marzo, habían sido liberados los periodistas españoles Javier Espinosa y Ricardo García, tras algo más de seis meses también en Siria en manos del EIIL, organización yihadista cuyo bastión principal en ese país es la provincia de Raqqa.
Liberados estos últimos cuatro reporteros, Francia todavía tiene a dos de sus ciudadanos secuestrados: Gilberto Rodríguez Leal, apresado en noviembre de 2012 por el grupo radical islámico Mujao en la localidad malí de Diéma, y Serge Lazarevic, secuestrado en noviembre de 2011 en el noreste de Mali.
«Hacemos todo para poder encontrarles», señaló Hollande, mientras que Fabius reconoció que hace tiempo que París no tiene información sobre la suerte de Rodríguez, y admitió que las autoridades están «muy preocupadas» al respecto.
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