El humo se eleva después que tanques israelíes disparen en el barrio de Al Shejaeiya durante una operación militar en el este de Gaza. | Efe

TW
17

Tras una larga mañana de intensos bombardeos israelíes, los gazatíes aprovecharon la decisión del movimiento islamista Hamás de sumarse a un alto el fuego de 24 horas para inundar las calles y aprovisionarse antes de celebrar, esta noche o mañana, la fiesta del fin de Ramadán.

Sobrepasadas las 14.00 horas (11.00 GMT), los endémicos atascos regresaron a la Franja y los mercados se convirtieron en un bullicioso ir y venir de hombres, mujeres y niños cargados con bolsas.

El producto estrella era el «Fesih», un pescado seco recubierto de sal que los gazatíes comen durante la fiesta del Aid al Fitr para compensar los nutrientes que ha perdido el cuerpo durante el Ramadán y los excesos de dulce.

«No, es igual que el año pasado. No hemos subido los precios. La tregua es muy importante, porque si no logro vender hoy toda esta mercancía, la perderé, y perderé mucho dinero», explicaba esta tarde a Efe un estresado comerciante en el mercado central.

A su alrededor, la vida comenzaba a tener tintes de normalidad en la Franja tras veinte días de intensos bombardeos por tierra, mar y aire que han segado la vida de cerca de 1.100 personas, en su gran mayoría civiles palestinos.

De ellos, más de 800 sólo en los díez días que dura la incursión terrestre israelí, que ha desatado combates cuerpo a cuerpo en los que ya han perecido 43 soldados de Israel y un número desconocido de milicianos.

Según cifras de la agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), cerca de una cuarta parte de las víctimas totales son niños, y más de dos centenares mujeres y ancianos.

La OCHA advirtió, asimismo, que más de 200.000 palestinos se han visto obligados a desplazarse de forma interna, 165.000 de ellos en escuelas-albergue de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Otros, como la familia de Samer, un empleado de banca de 45 años, viven desde hace dos semanas en casa de parientes, mientras que otras familias y vecinos se han refugiado en apartamentos alquilados en zonas que creen más seguras.

«Esta fiesta de Ramadán será diferente. Estaremos todos en casa juntos, y no habrá el peregrinar a casa de los parientes», explicaba a Efe.

Noticias relacionadas

«Yo vivía en Beit Janún. No me he atrevido a ir a mi casa. Mi hijo mayor sí, fue ayer aprovechando el alto el fuego, y me dijo que ahora no se puede vivir. No sé que vamos a hacer», confesó con pesar.

De acuerdo con las estadísticas de la OCHA, las casi tres semanas de bombardeos han destruido 3.333 viviendas en toda la Franja, mientras que 3.380 más han sufrido daños que las hace inhabitables.

Barrios enteros como al Shahaiye, en el este de Gaza, y localidades como la propia Beit Janún en el norte y Al Joza, en el sur, han quedado literalmente arrasados y necesitarán años y miles de millones de euros para ser reconstruidos.

Mientras tanto, habrá que dar nuevo cobijo a decenas de miles de personas que han perdido su hogar en una franja de costa de apenas 325 kilómetros cuadrados en los que ya viven hacinados más de dos millones de habitantes.

«Lo que Israel ha hecho es un crimen de guerra con la complicidad de ustedes, los europeos. Nos robó el territorio, nos encerró y ahora entra con sus tanques para empujarnos mucho más al mar», grita Samir al Jurey, funcionario jubilado.

A su lado, entre decenas de niños desarrapados que trabajaban en vez de jugar, una mujer lloraba: «Han matado cientos de personas, de niños, de civiles. Destruido miles de casas, qué tipo de fiesta vamos a celebrar».

Según un mapa difundido hoy por la UNRWA en las redes sociales, los tanques israelíes ocupan ahora un 44% del territorio gazatí, una zona en la que antes vivían cerca de 250.000 personas.

En esta extraña situación, está previsto que el alto el fuego se prolongue hasta las 11.00 GMT del lunes, si ninguno de los contendientes lo rompe.

Hamás aceptó la tregua a mediodía, pero aún así, las milicias lanzaron varios cohetes contra Israel, que no causaron daños ni víctimas y que en alguno de los casos fueron interceptados por el escudo antimisiles «Iron Dome».

Israel, por su parte, aseguró que vigilará la situación y reaccionará de acuerdo con el desarrollo de la misma.

El gobierno israelí aceptó anoche un alto el fuego de 24 horas que fue rechazado por Hamás, pero se reservó el derecho a proseguir las acciones terrestres para acabar con los túneles construidos por Hamas con diferentes propósitos.