El primado irlandés Séan Brady. | Reuters

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El arzobispo de Armagh y primado de la Iglesia Católica de Irlanda, el cardenal Séan Brady, anunció este viernes que ha pedido al papa Francisco I que acepte su renuncia al puesto de máximo responsable de la institución en este país.

En un comunicado, el religioso confirmó que el pasado mes escribió una carta al Santo Padre en la que ofrecía su «dimisión» de acuerdo «con los requisitos del Derecho Canónico» y ante la proximidad de «mi septuagésimo quinto cumpleaños, que celebraré mañana».

El anterior pontífice, Benedicto XVI, ya nombró en 2013 a Eamon Martin, de 52 años, arzobispo coadjutor de la archidiócesis de Armagh y sucesor de Brady, acusado en los últimos años de haber ocultado casos de curas pederastas.

«Estoy deseando que llegue el día en que mi renuncia será aceptada y el arzobispo Eamon se convertirá en arzobispo de Armagh y primado de toda Irlanda, puestos para los que creo que está muy preparado», dijo hoy en la nota Brady, quien ha estado al frente de la institución durante 16 años.

La sucesión del cardenal se produce después de que en los últimos años se pidiera en numerosas ocasiones su dimisión por su implicación en un escándalo de supuesta ocultación de abusos sexuales a menores.

El propio cardenal se vio salpicado por este asunto en marzo de 2010, cuando los medios locales revelaron que, cuando era sacerdote en 1975, estuvo presente en dos reuniones en las que se pidió a dos niños víctimas de los abusos del cura Brendan Smyth que hicieran un voto de silencio.

Según aquellas informaciones, el primado no alertó entonces ni a los padres, ni a las autoridades civiles sobre los abusos porque, según explicó él mismo, participó en aquella investigación en calidad de mero administrativo, solo para tomar notas e informar a sus superiores.

Tras un periodo de «reflexión», Brady anunció dos meses después que no iba a dimitir, aunque confesó que había pedido al Vaticano el nombramiento de un obispo que le ayudara «a desarrollar el vital trabajo de curación, arrepentimiento y renovación».

En 2009 se conocieron dos informes oficiales que desvelaron que durante décadas centenares de niños irlandeses sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes en este país.

El Informe Ryan sacó a la luz que en los últimos 70 años miles de menores sufrieron abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos.

Y el informe Murphy desveló que 400 niños fueron víctimas de abusos por 46 sacerdotes de la archidiócesis de Dublín desde 1975 a 2004.