TW
0

Corea del Norte puso este sábado en libertad a Kenneth Bae y Matthew Todd Miller, los dos últimos ciudadanos estadounidenses que tenía en su poder y que llevaban retenidos dos años y siete meses, respectivamente.

La oficina del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (DNI, en inglés), James Clapper, hizo hoy oficial la liberación de ambos en un comunicado, después de que hace apenas unas semanas Pyongyang permitiera el regreso del también estadounidense Jeffrey Fowle.

«Podemos confirmar que los ciudadanos estadounidenses Kenneth Bae y Matthew Todd Miller han recibido permiso para abandonar la República Popular Democrática de Corea (DPRK, en inglés) y están de camino a casa acompañados por el director Clapper para reunirse con sus familias», apuntó la oficina del DNI en un comunicado.

El Gobierno estadounidense, que ha facilitado el regreso al país de ambos ciudadanos, aplaudió en la nota la decisión de liberarlos por parte de Pyongyang y agradeció a sus aliados internacionales «especialmente al Gobierno de Suecia, por sus incansables esfuerzos para ayudar a asegurar su liberación».

«La seguridad y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero es la prioridad más alta del Departamento de Estado, y Estados Unidos ha pedido desde hace tiempo a las autoridades de Corea del Norte que liberasen a estos ciudadanos por razones humanitarias», dijo en otra declaración paralela la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

«Nos unimos a sus familiares y amigos para darles la bienvenida a casa», agregó.

Psaki agradeció también a Clapper su participación y «compromiso» directo en el proceso de negociación con las autoridades norcoreanas para el éxito de la operación.

Bae, condenado a 15 años de trabajos forzados en Corea del Norte, cumplió el pasado 3 de noviembre dos años encerrado en el país comunista.

Misionero protestante de 46 años y origen surcoreano, fue detenido el 3 de noviembre de 2012 mientras llevaba a cabo labores de divulgación religiosa, aunque el régimen norcoreano le condenó por un delito tipificado como «intento de derrocar al régimen».

Por su parte, Miller fue condenado el pasado septiembre a seis años de trabajos forzados por el Tribunal Supremo del país, al considerar que cometió «actos hostiles» contra Corea del Norte, donde fue retenido hace siete meses.

El joven de 24 años viajó como turista a Pyongyang y fue arrestado el pasado 26 de abril por su «comportamiento agresivo».

La información publicada entonces señalaba que a pesar de contar con un visado de turista en regla, Miller «lo rompió en pedazos y gritó que iba a solicitar asilo» en el país asiático.

Corea del Norte puso en libertad el pasado 21 de octubre a otro ciudadano de Estados Unidos, Jeffrey Fowle, y alegó que la acción respondía a las «reiteradas peticiones» del presidente norteamericano, Barack Obama.

En el caso de Fowle, su detención se produjo el mayo pasado después de que las autoridades norcoreanas le acusaran de dejar una biblia en la habitación de su hotel.

Tanto Fowle como Miller viajaron como turistas, como cientos de estadounidenses que siguen yendo al hermético estado comunista, a pesar de que el Gobierno de Obama ha recomendado no hacerlo por motivos de seguridad.

En los últimos cinco años, ocho ciudadanos estadounidenses han sido retenidos por las autoridades de Pyongyang, provocando complejas rondas de negociaciones diplomáticas para obtener su liberación.

En 2009, gracias a la mediación del expresidente Bill Clinton (1993-2001), Pyongyang liberó a dos periodistas de Estados Unidos detenidas por entrada ilegal y condenadas a 12 años de trabajos forzados; mientras que en 2010, el también exmandatario Jimmy Carter (1977-1981) participó en las negociaciones para liberar a Aijalon Mahli Gomes, condenado a ocho años por entrar también ilegalmente en el país.