Desde Rosa de Lima, la primera santa americana, canonizada en 1671, hasta el asesinado arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, que será beatificado el 23 de mayo, la aportación de Latinoamérica al santoral es importante, como corresponde a la región con más católicos del mundo.
Romero, llamado «el arzobispo de los pobres» y la «voz de los sin voz», será beatificado en una ceremonia en la Plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña, a la que se espera que asistan unas 285.000 personas y delegaciones especiales de doce países, encabezadas por sus presidentes en el caso de Panamá y de Ecuador.
Prácticamente no ha habido nada tan señalado para los católicos de América Latina desde las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII en abril del pasado año, también durante el pontificado de Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia.
Según el último Anuario Estadístico Eclesial, publicado en abril pasado, el número de católicos bautizados en el mundo alcanzó en 2013 los 1.254 millones, lo que significa un 17,1 % de la población mundial.
La cifra es un 12 % superior a la de 2005 y América, con un aumento del 10,5 %, es donde mas creció.
Los países latinoamericanos concentran el mayor número de católicos del mundo y también un buen número de santos, beatos y siervos de Dios.
Según los registros del Vaticano, México es el país latinoamericano que más santos ha brindado al catolicismo, entre los cuales se destaca Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el primer indígena canonizado en la historia de la Iglesia, quien fue testigo de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el siglo XVI.
Durante el pontificado de Juan Pablo II, quien se refería a América Latina como el «continente de la esperanza», la lista de santos mexicanos creció de manera importante fundamentalmente a causa de los muchos mártires que dejaron las revoluciones.
Monseñor Romero también fue asesinado por odio a la fe, según concluyó la Congregación para las Causas de los Santos cuando aprobó su beatificación.
Lo mismo pasó con el sacerdote italiano Alessandro Dordi y los polacos Zbigniew Strzalkowski y Michel Tomaszek, que fueron asesinados en 1991 por la banda maoísta Sendero Luminoso en Perú y cuyas beatificaciones ya están aprobadas.
Perú, cuenta con dos santos emblemáticos: Santa Rosa de Lima, canonizada en 1671 y patrona de Hispanoamérica y Filipinas, y el mulato San Martín de Porres, elevado a los altares en 1962, más de tres siglos después de su muerte.
La ecuatoriana Mariana de Jesús Paredes y Flores, conocida como «la Azucena de Quito», fue canonizada en 1950 pese a que vivió en la primera mitad del siglo XVII.
Los primeros santos del pontificado de Francisco, iniciado en marzo de 2013, fueron mujeres y latinoamericanas: la colombiana Laura Montoya Upegui y la mexicana Anastasia Guadalupe García, conocida como la madre Lupita.
Antes que Laura y Lupita fueron canonizados la ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo (2008), el chileno Alberto Hurtado Cruchaga (2005), el mexicano Rafael Guizar Valencia (2006) y el brasileño Antonio de Santa Ana (2007).
En Brasil ya han iniciado un proceso para que sea beatificada la misionera Zilda Arns, fallecida en el terremoto que devastó Haití en 2010, quien fue fundadora y responsable de la Pastoral de la Infancia, y otro para que Odette Vidal de Oliveira, conocida como Odetinha, una niña fallecida a los nueve años de edad, en 1939, sea también declarada beata.
Además, el Vaticano autorizó en 2014 la apertura del proceso de beatificación del médico brasileño Guido Schäffer, un seminarista que se caracterizó por su compromiso con las causas sociales y que murió en 2009, a los 34 años, cuando practicaba surf.
En 2013 el sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914), apodado el «cura gaucho», fue beatificado.
Argentina, el país del papa Francisco, cuenta así con un santo, Héctor Valdivieso Sáez, ejecutado en España durante la Revolución de Asturias (1934), y cinco beatos, José Gabriel Brochero, Laura Vicuña, María del Transito Cabanillas, Artimides Zatti y Ceferino Namuncurá.
A la lista de santos americanos se sumará pronto el franciscano mallorquín Fray Junípero Serra, evangelizador y fundador de varias misiones en California y México en el siglo XVIII.
El fraile, nacido en la isla de Mallorca y conocido como el «Apóstol de California», será el primer santo hispano de Estados Unidos y será canonizado por Francisco el 23 de septiembre en Washington, durante un viaje que le llevará a EE.UU. y Cuba.
El franciscano fue beatificado en 1988 por Juan Pablo II en una ceremonia en Los Ángeles. El papa polaco recordó que el «gran objetivo» de la vida de Fray Junípero fue llevar el Evangelio a los nativos de América.
Precisamente por eso hay quienes se oponen a que sea declarado santo, pues consideran que España implantó la religión católica en América a la fuerza.
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Ja era ben hora. No se torben tant per beatificar els Papes!