Según el último balance, recogido por la agencia china de noticias Xinhua, entre los muertos hay 81 bomberos, siete policías y 47 civiles. Otras 38 personas siguen desaparecidas, entre ellas 23 bomberos, cuatro policías y once civiles.
Por otra parte, 582 personas continúan hospitalizadas, 36 de ellas en estado grave. Hasta la fecha, otros 216 heridos han sido dados de alta.
Una gran explosión, equivalente a 21 toneladas de TNT, sacudió la fábrica de productos químicos, seguida de otras muchas que desataron un enorme incendio que ha arrasado el puerto industrial y amenaza a los núcleos urbanos cercanos.
El jefe del Departamento de Bomberos de Tianjin, Lei Jinde, explicó en una entrevista que la continuidad de las explosiones podría deberse a la primera respuesta de los bomberos al incendio desatado en el puerto industrial.
Jinde contó que los agentes atendieron la emergencia en Tianjin como un incendio normal porque nadie les avisó de que había productos químicos que podrían reaccionar al agua. «No es que los bomberos sean tontos», subrayó.
De hecho, la preocupación por los agentes químicos persiste. Aún se desconoce exactamente qué productos había almacenados, por lo que no pueden estar seguros de las consecuencias que la acción de las equipos de emergencia podrían tener sobre la seguridad y salubridad de la zona.
Un portavoz local, Gao Huaiyou, avanzó en una rueda de prensa que se cree que el almacén contenía bisulfuro de sodio, cianuro de sodio, nitrato de potasio y nitrato de amonio, entre otros. «Creemos que aún hay bastante», confesó.
Por ello, el Gobierno chino ha ordenado el despliegue en Tianjin de más de 200 militares expertos en armas químicas y nucleares y ha reunido a varios fabricantes de compuesto químicos «para que aporten sus conocimientos».
Como medida preventiva, las autoridades chinas han impuesto una zona de exclusión de tres kilómetros y han pedido a los residentes en los centros urbanos cercanos que usen mascarillas y se cubran el cuerpo lo máximo posible.
El motivo para el desalojo es que el viento, que hasta ahora soplaba hacia el mar minimizando el riesgo de contaminación química entre la población, ha cambiado de dirección y ahora empuja la masa de aire potencialmente nocivo hacia el interior.
Irregularidades
Lo que sí se sabe ya con certeza es que el almacén químico de Ruihai Logistics incumplió en 2013 las normas de seguridad para el tratamiento de «productos peligrosos» porque sus contenedores no llegaban a los estándares mínimos.
El 'China Daily' ha revelado estos días que, en una inspección rutinaria realizada hace dos años sobre más de 4.000 contenedores para el transporte marítimo en el puerto industrial de Tianjin, cinco no pasaron el examen.
Además, el almacén químico incumplía por sí mismo la legislación china, que establece que las «instalaciones peligrosas» deben estar a al menos un kilómetro de distancia de los núcleos urbanos, y en este caso hay dos complejos residenciales cerca.
El gestor de Ruihai Logistics ya ha sido detenido, pero la Policía no ha revelado si se ha presentado alguna acusación en su contra o se trata de una medida preventiva para tener localizados a los directivos de la empresa china.
Mensaje gubernamental
Este suceso, que ha dado la vuelta al mundo, ha sacudido por completo la ciudad de Tianjin, ubicada en el norte de China y conocida por ser un importante punto de salida y entrada de mercancías industriales, principal modo de vida de sus 15 millones de habitantes.
El presidente de China, Xi Jinping, que ha visitado la zona en los últimos días, ha instado a hacer una «reflexión nacional» sobre lo ocurrido y a aprender «las dolorosas lecciones» del incendio en Tianjin para evitar que vuelva a repetirse.
Xi también ha prometido que las autoridades chinas harán «sus mayores esfuerzos» para «rescatar y atender a los heridos, así como para garantizar la seguridad de todas las personas en la zona». Además, ha advertido de que «se castigará severamente a los responsables».
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