Macron, en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, subrayó que las autoridades birmanas deben detener las operaciones militares y facilitar el suministro de ayuda humanitaria a los afectados por la crisis.
El Consejo de Seguridad abordó la cuestión por primera vez la semana pasada, pero por ahora no ha tomado ninguna decisión oficial al respecto.
La crisis de los rohinyás también fue destacada en la ONU por el secretario general de la organización, António Guterres, quien denunció el drama que vive esta minoría, que es víctima de un «círculo vicioso de persecución, discriminación, radicalización y represión violenta».
Guterres dijo que «toma nota» del discurso hecho hoy por la líder de facto birmana, Aung Sann Suu Kyi, y de su intención de implementar «cuanto antes» las recomendaciones de la comisión liderada por el ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan.
Un día antes de que rebrotara la violencia, ese grupo presentó 88 puntos con el objetivo de atajar los problemas sectarios en el occidental estado Rakáin (antiguo Arakán), entre los rohinyás y la mayoría budista.
Hoy, Suu Kyi condenó todas las violaciones de los derechos humanos y se comprometió a llevarlas a los tribunales y a suministrar ayuda a la población afectada.
1 comentario
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Pues si no quieres que pase lo mismo a tus compatriotas en tu propio país, espabila y haz lo mismo que los birmanos.