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El director interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha precisado que las declaraciones del ex nuncio en España, Monseñor Renzo Fratini, sobre la exhumación de Franco «han sido expresadas a título personal».

«Con motivo de la salida definitiva de España de Monseñor Renzo Fratini, tras la conclusión de su mandato, subrayamos que sus recientes declaraciones sobre el tema de la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco han sido expresadas a título personal», ha aclarado Gisotti.

El Vaticano también ha precisado que Frattini, a través de la prensa, ha indicado que su intención no era meterse en cuestiones políticas internas.

Sin embargo, Gisotti no ha revelado si han contestado a la queja formal formulada por el Gobierno de España después de que Fratini les acusara en una entrevista con Europa Press de «resucitar a Franco» con su intención de exhumar los restos del dictador del Valle de los Caídos.

«Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil», afirmó Renzo Fratini en la citada entrevista.

«Es una injerencia evidente. Un comportamiento absolutamente inaceptable», declaró entonces la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo.

El Vaticano también ha dejado clara su posición de pleno respeto de la soberanía del Estado español y de su sistema legal no ha variado: «Volvemos a reiterar que la posición de la Santa Sede sobre el tema de la exhumación de Franco es clara y ha sido ya expresada oficialmente en la carta que el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, ha enviado el pasado mes de febrero a la Vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, y ulteriormente reafirmada por el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española», ha concluido Gisotti.

ENCUENTRO EN EL VATICANO

Tras las palabras de Fratini, la embajadora de España ante la Santa Sede, Carmen de la Peña, se reunió el pasado 4 de julio con el secretario de Relaciones con los Estados, moseñor Paul Richard Gallagher, para hacerle entrega de una misiva en la que el Gobierno se quejaba por estas declaraciones, según confirmaron a Europa Press en fuentes del Ejecutivo, que también precisaron que la queja era «por intromisión en asuntos propios de otro Estado».

En su carta de queja, acompañada de la nota verbal, el Ejecutivo hizo saber al Vaticano que debía reaccionar ante un «problema» que no había creado España sino las declaraciones de Fratini. El Gobierno afirmó que no planeaba hacer pública la misiva en aras al rigor de las «relaciones diplomáticas», tal y como recalcaron las mismas fuentes.

A finales de 2018, la vicepresidenta Carmen Calvo se reunió en el Vaticano con el secretario de Estado, Pietro Parolin, para tratar exhumación de Franco. Tras aquella reunión, Calvo afirmó que la Santa Sede apoyaba que el dictador no fuese enterrado en La Almudena, después de que la familia expresase su deseo de inhumar los restos en la catedral en caso de que salgan del Valle de los Caídos. Sin embargo, el Vaticano matizó poco después que no se había tratado el asunto del lugar de la inhumación.

Posteriormente, ya en 2019, el Gobierno hizo pública de forma parcial una carta de la Santa Sede en la que afirmaba que «la Iglesia no se opone a la exhumación si la Autoridad competente así lo dispone». No obstante, otros fragmentos de la misiva desvelados más adelante por 'El Independiente', ponían de manifiesto que el secretario de Estado Parolin también trasladaba al Ejecutivo español que la exhumación es «competencia del Estado español y está sometido al Derecho y a la Justicia española».

LA POSICIÓN DE LA IGLESIA ANTE LA EXHUMACIÓN

Así, en el pasado, el Vaticano ha dejado clara su postura neutral ante la posible exhumación. «Sobre el traslado de los restos de Franco no tengo nada que agregar con respecto a lo ya afirmado por la Santa Sede, o sea, que el asunto concierne a su familia, al Gobierno español y a la Iglesia local», afirmó en su momento el portavoz interino de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti.

La exhumación de Franco, que el Gobierno preveía iniciar el pasado 10 de junio, fue paralizada por el Tribunal Supremo, que estudia recursos en contra de esta decisión tanto de la familia del dictador como del prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera. El prior, que negó el acceso al Ejecutivo cuando solicitó permiso para entrar en el templo, se ha mostrado posteriormente dispuesto a acatar la decisión de la autoridad civil, que atribuye a los tribunales.

Los monjes benedictinos del Valle de los Caídos son los gestores de la basílica y gozan de autonomía. Sobre el prior solo tienen autoridad el abad de la Abadía de Solesmes, Philippe Dupont, y el Papa.

Por su parte, fuentes cercanas al Abad de Solesmes señalaron en su día a Europa Press que la cuestión no concierne tanto al monasterio como a los familiares. Así, precisaron que el «problema» se sitúa «entre el Gobierno español y la familia» de Franco. En cualquier caso, las mismas fuentes detallaron que el abad Philippe Dupont «compartirá siempre» la decisión que adopte la Santa Sede.

Aunque el prior del Valle de los Caídos dependa jerárquicamente del abad de Solesmes y del Papa, si hay conflicto también se escucharía por deferencia al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, como responsable de la diócesis donde se encuentra la abadía. Desde hace tiempo, el purpurado no se pronuncia sobre este asunto, aunque siempre ha apelado al diálogo entre el Gobierno y la familia Franco para encontrar una solución.

Por parte de la Conferencia Episcopal Española, el secretario general, Luis Argüello, también ha precisado que no oponerse a la exhumación no implica que la Iglesia «apoya» la misma.