El portavoz para asuntos de derechos políticos del grupo parlamentario de la CDU-CSU declaró que la votación de rechazo a Brander es «una señal clara contra la agitación y el odio». | Twitter

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Los partidos alemanes con representación parlamentaria votaron unidos la exclusión de la presidencia de un destacado comité de un polémico diputado de la ultraderechista AfD (Alternativa para Alemania), Stephan Brander, en una decisión sin precedentes en el Bundestag (cámara baja).

Los representantes de la CDU-CSU y el SPD (en el Gobierno de coalición) los Verdes, La Izquierda y el FDP aprobaron unidos en votación secreta la destitución de Brander como presidente del Comité de Derechos del Bundestag, después de una serie de polémicas declaraciones del político de ultraderecha.

El portavoz para asuntos de derechos políticos del grupo parlamentario de la CDU-CSU (Unión Cristianodemócrata y Unión Socialcristiana), Jan-Marco Luczak, declaró que la votación de rechazo a Brander es «una señal clara contra la agitación y el odio» y su colega del SPD (Partido Socialdemócrata), Johannes Fechner, señaló que el diputado ultraderechista además había demostrado desinterés por el puesto.

Y el ministro del Interior, Horst Seehofer (CSU), calificó de «justa» la exclusión de Brander, de quien dijo que debía «comportarse libre de dudas sobre los fundamentos de nuestro orden liberal-democrático».

El último polémico episodio protagonizado por Brander ocurrió esta semana, cuando calificó de «salario de Judas» una condecoración federal (la Cruz del Mérito Federal o Bundesverdienstkreuz) concedida al conocido cantante Udo Lindenberg, quien se había manifestado sorprendido por el ascenso de votos de la AfD en los comicios regionales celebrados en el «land» de Turingia.

Lindenberg había calificado además al candidato principal de la AfD en esos comicios, Björn Höcke, de «verdadero fascista» y «próximo a los nazis».

Anteriormente Brander había alimentado la polémica al referirse al ataque terrorista el pasado octubre contra una sinagoga de Halle (suroeste de Berlín) y distinguir entre víctimas «alemanas» (dos personas murieron en el suceso) y las personas de confesión judía que se encontraban en el templo, dando a entender que estas no eran ciudadanos alemanes.

La Justicia alemana confirmó que el ataque de Halle fue un «acto de terror ultraderechista» y que la extrema derecha parlamentaria fue la «instigadora intelectual» del ataque.

La votación en el Bundestag reitera la posición de los partidos alemanes, desde los conservadores a La Izquierda, de comprometerse a mantener aislada a la AfD, actitud reiterada por sus líderes después del ascenso electoral de los ultraderechistas en los comicios regionales celebrados en los últimos meses.

Los responsables de la AfD han criticado en repetidas ocasiones el «cordón sanitario» impuesto por el resto de las formaciones políticas, que se niegan a colaborar con el partido de ultraderecha.