Kayleigh McEnany, durante la comparecencia de prensa en la Casa Blanca. | Reuters

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La Casa Blanca ha justificado este viernes su rechazo a implementar las recomendaciones emitidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para la reapertura de Estados Unidos porque «esas pautas están en proceso de edición».

«Esas pautas de los CDC están pasando por un proceso de edición», ha asegurado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, cuestionada durante una rueda de prensa sobre por qué, si la Casa Blanca «no ve un obstáculo» las recomendaciones de los CDC, no se publican.

La Administración del presidente, Donald Trump, no tiene previsto implementar las recomendaciones de los CDC. La guía en cuestión, de 17 páginas, proporciona unas sugerencias más detalladas para reactivar el país en el marco de la pandemia del coronavirus que las ofrecidas por el Ejecutivo estadounidense el mes pasado, incluyendo apartados específicos para colegios e iglesias.

Sin embargo, el grupo de trabajo del coronavirus de la Casa Blanca considera que las pautas presentadas por Trump a mediados de abril ya clarifican que cada estado «debería reabrirse de una manera segura y responsable basada en los datos» y de una forma individual.

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A este respecto, McEnany ha afirmado que la Administración Trump quiere «que el pueblo estadounidense obtenga tanta información como sea posible en este momento». «Es por eso que tenemos las pautas de reapertura gradual, las pautas basadas en datos», ha defendido.

El mandatario estadounidense presentó un plan de tres fases para reabrir Estados Unidos que permitía a los gobernadores tomar decisiones individualizadas, basándose únicamente en las situaciones y consecuencias derivadas de la pandemia de la Covid-19 de sus estados.

El plan incluye cuándo reabrir restaurantes, bares, gimnasios y espacios públicos y brinda orientación a los empleadores, así como la introducción gradual de viajes no esenciales. Además, emplaza a los trabajadores a practicar el distanciamiento físico o controlarse la temperatura.

Trump ha sostenido desde el principio de la crisis de la Covid-19 su inclinación a no detener la actividad productiva de Estados Unidos y, después, a reabrir el país lo antes posible, en confrontación con lo que expertos y gobernadores han abogado.