Pudiera parecer un argumento novelesco o un guión de una superproducción de Netflix, pero no lo es. ¿En qué se basa esa pintoresca teoría, que aúna elementos políticos, identitarios y del 'famoseo' al más puro estilo de nuestra telebasura, y quién la alimenta?
La convocatoria surge del seno de QAnon. Tal vez les resulte más familiar este nombre tras ver las llamativas imágenes del día del asalto al Capitolio de Washington, que sucedió a un encendido discurso del propio Trump.
En ese infausto día se 'coló' en todo el mundo la imagen de un hombre con la cara pintada, el torso descubierto y un gorro de cola de mapache y cuernos de bisonte en la cabeza. Se trata de Jacob Chansley, un reconocido portavoz de QAnon alineado con los posicionamientos más extremistas de Trump, quien más recientemente se declaró culpable de dicho asalto violento ante un tribunal.
Miembros de la organización QAnon contaban con la inminente 'resurrección' de John-John Kennedy para utilizarlo de acicate para la nueva singladura electoral de Trump. No obstante ningún Kennedy apareció y el respetable se quedó compuesto y sin candidato.
Los medios de comunicación norteamericanos captan el momento con fotos y vídeos. En ellos se aprecia una abundante cantidad de gente en las calles. Algunos sostienen pancartas desde las cuales ensalzan a la inédita dupla electoral. Pocos o ninguno portan mascarillas. Ya se sabe la concepción sobre la pandemia de coronavirus que habitualmente se tiene en estos sectores, similar a la de las personas que este miércoles se han concentrado junto a la unidad móvil de vacunación instalada por el Govern en el centro de Palma.
QAnon ostenta algunos postulados discutibles o directamente increíbles. Su nombre proviene de la abreviatura de Q-Anónimo y se plantea como una de las principales teorías de la conspiración de la extrema derecha estadounidense que detalla una supuesta trama secreta organizada por un supuesto «Estado profundo» contra Trump y sus seguidores.
Todo arrancó en octubre de 2017 por un mensaje anónimo en un foro, bajo el nickname de Q, que aseguraba tener acceso a información clasificada de alto secreto y seguridad nacional. En la supuesta trama que torpedea la acción de Trump y sus fieles incluye a deportistas y actores internacionalmente reconocidos, así como cargos demócratas y funcionarios de alto rango.
John F. Kennedy Junior murió el 16 de julio de 1999 a la edad de 38 años cuando la aeronave que comandaba se estrelló sobre el océano Atlántico frente a la costa de Massachusetts. Junto a él viajaban en la avioneta su esposa, Carolyn Bessette Kennedy y Lauren, la hermana de esta.
Desde poco tiempo después del desgraciado accidente la rumorología imperante propuso que John-John no había muerto en realidad, simplemente había simulado su deceso para empezar una nueva vida apartado de la exposición mediática con la que nació y le acompañó toda su vida.
6 comentarios
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Da igual su ideología política, pero forman parte de la legión de memos que aupan a un psicópata como Trump, a la presidencia. Es lo que tiene una sociedad poco educada en los valores democráticos. La nuestra no está mucho mejor, pues aquí se vive la política como el fútbol: a muerte con los mios sin importar lo que hagan.
Hace tiempo que lo pienso, nos vamos a extinguir y no será por un virus ni un meteorito.
El universo y la estupidez humana no tiene limites...
Una muestra más de la indigencia intelectual de la extrema derecha. Cambio climático, pandemia, violencia contra las mujeres...
CeciliaHBclaro ahora es la extrema izquierda quién define qué y quiénes son la extrema derecha, o sea, todos los demás. Quién no se traga se las abundantes melonadas de la extrema izquierda, queda declarado extremista de derechas. En USA, no sé, pilla lejos, pero aquí van a tener una sorpresa que no les gustará.
Ufff… lo de “extrema derecha” puesto en rojo en el artículo, vamos a ver… que no somos imbéciles, que sabemos comprender un texto y por supuesto, la intención del que lo escribe.