El Papa Francisco, durante la homilía de este domingo. | GIUSEPPE LAMI

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El Papa Francisco ha defendido en su nuevo libro la necesidad de «investigar cuidadosamente» si la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza encaja con la definición de genocidio. «Según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene las características de un genocidio. Debe ser investigado con atención para determinar si encaja en la definición técnica formulada por juristas y organismos internacionales», afirma el Pontífice en el libro 'La esperanza nunca decepciona. Peregrinos hacia un mundo mejor' publicado con motivo del Jubileo de 2025 y del que el periódico italiano 'La Stampa' adelanta este domingo algunos extractos.

El libro, editado por el periodista Hernán Reyes Alcaide (Edizioni Piemme), se publicará el próximo martes en Italia, España y América Latina y posteriormente también en otros países. El Papa se refiere también a la cuestión de la inmigración y al hilo sostiene que «nos estamos volviendo inhumanos». «Ningún país puede quedarse solo y nadie puede pensar en abordar la cuestión de forma aislada mediante leyes más restrictivas y represivas, a veces aprobadas bajo la presión del miedo o en busca de ventajas electorales», ha advertido.

Al contrario, ante la «globalización de la indiferencia», debemos responder con la «globalización de la caridad y de la cooperación» para que las condiciones de los emigrantes «sean humanizadas».

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NEOCOLONIALISMO EN ÁFRICA

En esa línea Francisco denuncia que «aún hoy existe neocolonialismo en África» y por eso ha planteado que entre los objetivos de la humanidad debería figurar el de «poner fin a las condiciones desiguales del comercio entre los diferentes países del mundo». «En los vínculos entre muchos de ellos se ha establecido una cierta ficción que da la apariencia de un supuesto intercambio comercial, pero que en realidad sólo consiste en una transacción entre filiales que saquean los territorios de los países pobres y envían sus productos e ingresos a las empresas madres en los países desarrollados», argumenta.

Como ejemplo pone los sectores vinculados a la explotación de los recursos naturales. El Papa se ha referido además a las «multitudinarias movilizaciones» de estudiantes en ciudades de distintos países. «Conozco algunas de las acciones con las que luchan por un mundo más justo» y por la protección del medio ambiente.

«Actúan con preocupación, entusiasmo y, sobre todo, con un sentido de responsabilidad ante el urgente cambio de rumbo que nos imponen los problemas derivados de la actual crisis ética y socioambiental», destaca. «El tiempo se acaba. Ya no queda mucho para salvar el planeta y ellos van, salen y se afirman. Y no lo hacen sólo por ellos mismos, lo hacen por nosotros y por los que vienen después», destaca. Así, plantea un diálogo intergeneracional para «una alianza aplicada al cuidado de nuestra casa común».