El general jefe de la Zona Militar de Baleares, Tomás Formentín,
aseguró ayer con motivo de la celebración de la Pascua Militar que
1999 será un año difícil para el Ejército por la reducción de la
tropa de reemplazo que se prevé durante el primer semestre del año.
La Pascua Militar celebra precisamente la recuperación de Menorca
por parte de las Fuerzas Armadas en el año 1782.
Formentín destacó además que aún queda por hacer «la compleja
tarea de adaptarnos a la nueva situación, asimilar la reducción y
acometer con energía y decisión la fase que nos queda pendiente; la
modernización de nuestro material y la racionalización de nuestras
estructuras».
El general jefe de Balears leyó parte de su discurso en catalán,
en atención a los autoridades presentes en el acto. De hecho, a la
Pascua Militar asistieron el president del Govern, Jaume Matas; el
del Parlament, Joan Huguet; la delegada del Gobierno, Catalina
Cirer; el obispo de Mallorca, Teodoro Ubeda; el presidente del
TSJB, Angel Reigosa; el fiscal jefe de Balears, Antonio de Vicente
Tutor; el teniente de alcalde de Palma José María Rodríguez; el
rector de la UIB, Llorenç Huguet; y el candidato del PSOE al
Govern, Francesc Antich.
En su alocución, Formentín destacó la novedad que representará
la profesionalización de las Fuerzas Armadas, que supondrá el paso
de un Ejército concebido de forma cartesiano a otro mucho más
flexible y adaptable.
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