Miles de fieles testimoniaron ayer su devoción a Santa Rita de Casia, abogada de las causas imposibles, en la palmesana iglesia del Socorro de los Padres Agustinos.
Muy concurridas resultaron las cinco misas celebradas durante la mañana y también la de la tarde, que fue presidida por el padre agustino Félix Carmona.
Fieles de todas las edades formaron largas colas para venerar la imagen de la santa, cuya cruz no lució este año las clásicas rosas naturales, sino una rosa de plata con su tallo, obsequio de una devota.
En el piso de dicha capilla se fue tejiendo una inmensa alfombra con las velas que los devotos iban encendiendo para agradecerle o pedirle sus favores, que a lo largo del día se contabilizaron en más de cinco mil.
A mediodía las camareras de Santa Rita daban la voz de alarma al padre Félix anunciándole que en el puesto de venta de objetos de recuerdo se habían agotado ya algunos de ellos. También se agotaron las rosas y los pétalos bendecidos que suelen repartirse este día.
El padre Félix indicó: «Los feligreses han aportado muchas, pero debido al calor que ha hecho las rosas se marchitaron en los jardines y han tenido que traer de flor más pequeña, siendo insuficientes».
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