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ADRIANA FERREIRO La primera tormenta del verano hizo que las calles de Palma se vieron repletas por turistas que aprovecharon el mal tiempo para hacer visitas a la ciudad. La zona céntrica de Palma, cita obligatoria para el turista en tal ocasión, sufrió una aglomeración de coches y peatones lo que significó una intensa labor para los agentes de tráfico. «En los casos de problemas en la circulación, la Policía Local suele reforzar el área afectada asignando más agentes a tráfico que a rondas de patrullas» afirmó un agente apostado en una céntrica calle. «En días como este la organización es muy dificil, todo el centro está colapsado» comenta otro policía en plena labor en el Passeig Marítim.

Durante varias horas, el centro de Palma ofreció el mismo espetáculo; familias completas de turistas paseando con sus cámaras de vídeo o fotográficas, visitando calles, plazas y centros culturales. La situación fue propicia para los mimos que trabajan en la calle, que se vieron rodeados por turistas curiosos.

El mal tiempo también suele ser ocasión para ir de compras. Sin embargo, según comentarios de los comerciantes de la zona céntrica, el turista sale a pasear y visitar calles y centros comerciales pero no se decide a la compra. «Cuando llueve los turistas «bajan» obligados pero no compran necesariamente, a veces vuelven otro día y compran con más tranquilidad» comenta una comerciante de la calle Teatro. La opinión se generalizó en la zona del mercadillo de la plaza Major; los artesanos lamentan la «actitud pasiva» en los turistas que visitan actualmente la Isla. «Se vende muy mal»...«Los turistas no tienen dinero»... «La isla está completa, hay mucha gente pero no se gastan ni 100 pesetas» son algunos de los comentarios de los artesanos que se muestran desconformes con la «calidad del turismo» que visita actualmente la isla.