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La sociedad de hoy en día vive a merced de la moda que establecen determinados diseñadores y que, aunque no podamos evitarlo, marcan las pautas a seguir de la mayoría de los jóvenes. La moda de este año está caracterizada por toda trasgresión posible a las normas establecidas. La tendencia es la mezcla de estilos: el rescate de la moda neohippy, caracterizada por el estilo desenfadado de los pantalones anchos, las camisetas ajustadas y sobre todo los tirantes, con el aire más chic de los pantalones ajustados por debajo de la rodilla y las minifaldas combinadas con pantalones.

En cuanto a tejidos, además del poliéster y tejidos sintéticos ya utilizados durante la temporada pasada, destaca el resurgir del lino, que tuvo su época a principios de los noventa y que de nuevo inunda las calles con ese aire de frescor y movilidad que proporciona. Porque de eso se trata, de vestir bien pero también de sentirse cómodo y a gusto con la ropa que lleves.

Christophe Hardoy se dedica al diseño de moda joven en sus ratos libres. Para él la forma de vestir está directamente ligada con la personalidad de cada uno. «La ropa debe ser la persona que la lleva y no al contrario. Las tendencias en moda siempre van relacionadas con los cambios de la juventud en cada etapa de la vida. En estos momentos nos estamos haciendo más reivindicativos y liberales y esto debe reflejarse en nuestra forma de vestir, nos expresamos a través de ella y realmente tenemos mucho que decir». Con esta idea se muestra totalmente desacuerdo Sandra Tejón, dependienta de una tienda de moda en el centro de Palma. Sandra describe la moda como «pura contradicción» y destaca sobre todo las mezclas de estilos en uno solo, el aire recatado de la combinación de blanco con blanco o de faldas por debajo de la rodilla con el extremo más opuesto en cuanto a moda: los pelos muy cortos, los tatuajes o el 'piercing'.