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La patronal PIMEM rechazó ayer de plano la decisión del Gobierno de Cort de permitir la circulación de taxis blancos y taxis negro-marfil. Su presidente, Gabriel Moragues, explicó que «no estamos de acuerdo con la convivencia de dos colores y menos con que a los que mantengan el negro se les subvencione, cuando la CAEB -el 25% del sector- ha llegado a negar que el pintado del coche suponga un gasto importante». La patronal reivindica «el color blanco, pero si ha de mantenerse el negro que se nos subvenciones a todos». La CAEB rechazó pronunciarse hasta que Cort les comunique su decisión.

Por su parte, la oposición municipal calificó ayer de «poco seria» y «nada valiente» la decisión adoptada. Así, desde el PSM, Gabriel Barceló declaró que «esta solución demuestra, una vez más, que este Gobierno no sabe lo que quiere y sólo pretenden contentar a todos». El portavoz nacionalista, Sebastià Serra, completó la crítica y aseguró que «este acuerdo denota una gran falta de valentía y un electoralismo claro». Serra lamentó «que se provoque una crispación innecesaria, pues si de verdad quieren el consenso, lo primero debería haber sido plantear el acuerdo en el seno de la Comisión de Seguimiento y de la Comisión Informativa».

El portavoz del PSOE afirmó que «la decisión es, cuando menos, poco seria» y se preguntó «por qué tienen que pagar los ciudadanos el cambio de color».
UM no se pronunció y EU-EV acusó al alcalde de «falta de coraje político» y de «buscar una solución de compromiso».