Las centralitas de teléfonos de los establecimientos turísticos y
las terminales de punto de venta de tarjetas electrónicas (TPV) en
los comercios se verán afectados por el denominado Efecto 2000,
según la auditoría de sistemas informáticos empotrados realizada
por la Plataforma Illes Balears Euro 2000.
La auditoría se ha realizado desde principios de agosto hasta
mediados de octubre por un equipo de técnicos de inspección en más
de 1.700 comercios de las Islas y en 100 hoteles de Mallorca, 20 en
Menorca y 21 en las Pitiusas: «Los hoteles con centralitas
anticuadas sí que van a tener problemas, en concreto en todo lo
concerniente al tarificador, por lo que verán distorsionado este
servicio y no se podrán realizar llamadas telefónicas. Y por lo que
respecta a los comercios, que han planteado más problemas a la hora
de aceptar la auditoría, se han detectado problemas en los TPV, lo
que afecta a todo el sistema de cobro con tarjetas
electrónicas».
El responsable de la Plataforma Illes Balears Euro 2000, Joan
Marqués, añade que en el resto de sistemas informáticos empotrados,
que son los que llevan un chip microprocesador, «no se han
detectado irregularidades, por lo que no habrá problema alguno por
el Efecto 2000 en televisores, vídeos, ascensores, llaves
digitales, sistemas de alarma, sistemas de refrigeración y bombas
de agua. El Efecto 2000 sí que afectará, por el contrario, a
centralitas y TPV. Es por ello que los anuncios alarmistas que
había a principios de año están quedado ahora en meras referencias
puntuales. No será una catástrofe como aventuraban algunos, ni el
caos, pero sí habrá problemas coyunturales».
Marqués afirma que las grandes empresas y multinacionales que
operan en nuestro país «ya han tomado las medidas oportunas para
evitar disfunciones a finales de este año. Bancos, Telefónica,
ENDESA, AENA y resto de sociedades de servicios han cubierto ya
esta cuestión».
Temor en las compañías aéreas
Mallorca se verá afectada de forma indirecta por el Efecto 2000, ya
que las compañías aéreas alemanas y británicas van a adoptar las
medidas oportunas en la jornada del 31 de diciembre y el uno de
enero del 2000.
La compañía Britannia, propiedad de Thomson, tiene programado su
último vuelo para el 31 a primera hora de la tarde y no comenzará a
operar el día 1 hasta bien pasado el mediodía. Lo mismo sucederá en
British Airways y resto de compañías aéreas del Reino Unido.
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