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El arquitecto catalán Enric Rovira-Beleta defiende la tesis de que la supresión de barreras arquitectónicas, no sólo es beneficioso para las personas con discapacidad, sino que aporta calidad de vida a todo el mundo. «Sonará fuerte, pero lo cierto es que gracias a los minusválidos, todos vivirán mejor», declaró ayer en Palma el arquitecto que, además, es experto en accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas.

Enric Rovira-Beleta impartió ayer la conferencia «Accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas» en el Curso de Especialista Universitario en Enfermería Geriátrica en la UIB. Rovira-Beleta, acompañado de Julia Gallo, profesora del Departamento de Enfermería, ofreció una rueda de prensa, en la que manifestó que «en este país se ha logrado que todas las comunidades autónomas tengan una normativa, pero está en fase de aplicación, porque arreglar el tema a las personas con grandes discapacidades supone gastar mucho dinero en un colectivo pequeño y, por tanto, intentan ahorrarse dinero y lo hacen mal».

Según el arquitecto, «mientras en el extranjero se trabaja en la supresión de barreras, aquí lo hacemos en accesibilidad, es decir, en adaptar lo que ya existe. Sin embargo "añade", los discapacitados no queremos un baño adaptado para nosotros, sino poder usar cualquier baño sin dificultad».

En cuanto a la situación de Balears, Rovira-Beleta cree que la normativa es «estupenda», pero está en fase de aplicación. No obstante, en cuanto a los hoteles, dice que «el turismo está harto de ir a hoteles adaptados, en los que lo único que está bien es la habitación, en cambio, no se puede utilizar la piscina, no se puede ir al jardín ni a la discoteca».