La plaza sin columnas fue irreconocible para muchos vecinos y comerciantes. Foto: TERESA AYUGA.

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La plaza de Francesc García Orell amaneció ayer sin las columnas ni los pórticos circulares que la caracterizaron como un paisaje urbano único en Palma durante más de medio siglo. El primer día laboral sin las famosas columnas se desarrolló de una manera especial para vecinos, transeúntes y comerciantes, que no daban crédito a lo que veían. Y es que la plaza no era la misma que dejaron el pasado viernes. La imagen del lugar varió del cielo a la tierra y pocos imaginaban que algún día circularían por la zona sin la compañía de columnas y pórticos.

El Ajuntament de Palma ha calmado a todos los interesados insistiendo en que la zona recuperará pronto su diseño original. Para ello, en un plazo breve de tiempo se procederá a la restauración de los elementos de la plaza que, debido al inexorable paso del tiempo, se encontraban deteriorados y habían perdido su condición original o desaparecido.

La plaza, según los responsables de Cort, recuperará «muy pronto» la fisonomía que la caracteriza desde 1937, al tiempo que se urbaniza una de las más importantes plazas del ensanche de Palma. Según el proyecto, para devolver al lugar el espíritu del proyecto inicial, se suprimirán los pasos peatonales que cruzan la plaza y se eliminarán los parterres cercados, actualmente por setos, procurando respetar los árboles existentes.