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La consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, sostuvo ayer en el Parlament que es posible cerrar la incineradora, pero no en estos momentos. Rosselló contestó con estos términos una pregunta del diputado del PP Joan Flaquer y admitió que «hoy por hoy la única posibilidad de cerrar la incineradora pasa por aumentar el vertido de basuras». «El objetivo final es cerrar la incineradora, pero hay que hacerlo de manera lógica y razonable», insistió la titular de Medi Ambient.

Rosselló culpó al PP de la actual política de residuos, y Flaquer recordó a la consellera que la puesta en marcha de la incineradora fue acordada por su partido y por PSOE y UM. «Hoy se está dando cuenta que es imposible cerrar la incineradora porque es hacer política ficción», acusó Flaquer.

«Estoy en contra de la incineradora y no he engañado a nadie; nosotros haremos política de verdad y lo más pronto que podamos cerraremos la incineradora», destacó la titular de Medi Ambient. Rosselló pidió al PP que «no hable más de la incineradora en el Parlament» y negó que sufriese «esquizofrenia política» al tener que aceptar un plan de residuos. Flaquer acusó a Rosselló de «hacer demagogia y asustar a la población sobre el peligro de las dioxinas» durante su etapa como ecologista y antes de ser nombrada consellera.

El president del Govern, Francesc Antich, también tuvo que responder a una pregunta de Cristòfol Huguet, diputado del PP, a propósito del plan de residuos. Huguet pidió a Antich si se había ya aprobado el nuevo plan. Antich precisó que él nunca había dicho que se hubiera aprobado, y destacó que los residuos de demolición son vertidos en Son Reus. «El presidente es capaz de hacer magia con las basuras; dejó las basuras en bolsas durante tres años y luego las depositó en vertederos», culpó Huguet a Antich, a propósito de la gestión del actual president en el área de Medi Ambient del Consell.