Lola puede ser que sea una de las cosas más bonitas que el alcalde
Joan Fageda tenga en casa. Es tan dulce, tan discreta y tan
sencilla que nadie diría que fuera alcaldesa, aunque... ¿y por qué
no va a ser posible que una alcaldesa sea como Lola, dulce,
discreta y sencilla?
Lola, tras haber hecho la compra en las tiendas de los
alrededores de su casa, aguardaba el autobús en la parada, bonobús
en mano, dicho sea de paso.
Año horrible
Siliane Stella recordará 1999 como el año en que se casó y se
separó su hijo, el año más horrible de su vida. Porque si separarse
no es bueno, peor es casarse, que no la inviten a la boda y que
luego quien se casa se separe y se tenga que enterar por los
periódicos. «Y no sólo eso "añade Siliane"; porque encima de que mi
hijo no me invita a su boda, su esposa, sin conocerme ni haber
hablado conmigo jamás, me pone de vuelta y media, y encima los
padres de ella se niegan a conocernos. Para colmo, mi hijo tampoco
invita a la boda a su padre, ni a su abuela, y anteayer, día del
cumpleaños de ésta, ni siquiera la llama por teléfono para
felicitarla. Vamos a ver si cuando José Luis regrese de viaje de
novios acepta que Fabrizzio vaya a vivir con ellos. O mejor, si lo
acepta ella. Porque claro, José Luis "recuerda Siliane" ya no está
solo. ¿Que qué opino de todo esto? Pues que tarde o temprano el
tiempo deja las cosas en su sitio. Y eso es lo que está pasando.
Por eso, si Fabrizzio, cuando se dé cuenta de lo equivocado que ha
estado, decide volver con nosotros, se encontrará la puerta de
casa, que sigue siendo la suya, abierta. Pues una madre siempre
quiere lo mejor para su hijo, y éste, tal y como está ahora, no
está bien».
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