El buen tiempo acompañó a esta edición del Dijous Bo. Miles de personas se concentraron en Inca para visitar la feria. Foto: PEP ROIG.

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El Dijous Bo de este año destacó por la ausencia de muestras o exposiciones novedosas. En realidad fue un Dijous Bo poco imaginativo y con la gente más repartida que otros años.

En todo caso cabe destacar la selección de animales de razas autóctonas que se mostró en la Plaça des Bestiar, la calidad de las porcelles negres mallorquines y el incremento de participantes que se presentaron al VII Concurs Morfològic de porc negre mallorquí. En este concurso fueron las granjas del Llevant de Mallorca quienes se hicieron con la mayoría de premios de las diferentes categorías.

En la misma Plaça des Bestiar una de las iniciativas que tuvo mayor aceptación fue la degustación de porcella negra. Por 500 pesetas daban un trozo de carne con patatas y un vaso de vino tinto. La citada iniciativa fue impulsada por l'Associació de Ramaders de Porc Negre Mallorquí Selecta y el Celler Can Toni de Campos.

INÉDITO
Otra iniciativa inédita en otras ferias fue la pasarela Inca Ciutat de la Pell, cuyos pases congregaron a una multitud de personas que siguió con interés las creaciones de los empresarios de la piel y el calzado de Inca.

En el aspecto político cabe destacar que el nuevo Govern de les Illes Balears paseó por primera vez por un Dijous Bo de Inca y además llegó en tren desde Palma. Después de inaugurar la estación de autobuses, situada junto a la estación del ferrocarril, se dirigieron al Ajuntament d'Inca, en donde una manifestación de los bomberos de Mallorca les esperaba con pancartas reivindicativas y les obsequió con una sonora pitada. La presidenta del Consell de Mallorca esquivó la pitada, puesto que no se desplazó hasta Inca.

La citada comitiva estaba formada por el president del Govern, Francesc Antich, el vicepresidente, Pere Sampol, acompañados siempre del alcalde d'Inca, Pere Rotger, varios consellers, los concejales del Ajuntament inquer y el alcalde de Palma, Joan Fageda, cuya presencia, se comentó, fue para contribuir a equilibrar precisamente la presencia de miembros del PP, frente a un Govern en el que ahora no gobiernan los conservadores. Tras la visita de rigor al recinto del Dijous Bo, en la que también había alcaldes y representantes municipales de diferentes pueblos, la clase política, sin el president Antich, se reunió para el almuerzo oficial. El alcalde Pere Rotger en su discurso indicó que «el Dijous Bo ha de ser la diada de toda Mallorca y no ha de servir para hacer reivindicaciones ante un Govern que no es de mi mismo color».