La Diócesis de Mallorca ha puesto en marcha la construcción de una
importante comunidad en Rábiro (Burundi) en la que, además de una
parroquia, se construirán instalaciones educativas y sanitarias y
se pondrán en marcha proyectos agrícolas y ganaderos, según informó
ayer el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, que acaba de regresar de
Ruanda y Burundi.
Acompañado del delegado diocesano de misiones, Jaume Mas, y el
presidente de Apotecaris Solidaris, Mateu Tous, con los que ha
visitado la región africana de los Grandes Lagos, el obispo explicó
que «queremos que esta nueva comunidad sea un centro de desarrollo,
en cuya construcción podrán trabajar cerca de 150 trabajadores,
cuando esté acabado lo dejaremos en manos de la iglesia nativa e
iremos a otro lugar».
Según Jaume Mas, la creación de estas instalaciones supone un
gasto desde el punto de vista económico de 70 millones de pesetas y
no queremos que se haga en un año, sino entre 4 y 6 años, con el
fin de proporcionar un trabajo más duradero a las personas que
viven allí.
Mas comentó que Rábiro es un lugar muy agradable desde el punto
de vista paisajístico, pero muy abandonado desde el punto de vista
social. «De todas formas, es una zona muy conocida por los
misioneros y éstos son conocidos por la población, cerca de 30.000
personas que viven dispersas en un diámetro de 50 kilómetros»,
señaló Mas. El obispo, cuyo viaje tenía la finalidad, también, de
visitar a los 14 misioneros que trabajan en estos dos países,
declaró que los religiosos y religiosas «se encuentran bien, no
padecen riesgos, aunque en Ruando un sector culpa a la Iglesia de
los genocidios».
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